domingo, 30 de marzo de 2014

El dominio del dinero y las finanzas

Carlos Berzosa.
Nueva Tribuna 

La fase del capitalismo que se inicia a finales de la década de los ochenta del siglo pasado se caracteriza, entre otros rasgos, por la hegemonía de las finanzas. Este protagonismo que ha adquirido el mundo financiero ha supuesto aumento de la especulación y del endeudamiento, incremento del dinero que fluye a los paraísos fiscales, mayor número de fraudes y de delitos económicos, y una más elevada inestabilidad económica. Todo ello ha desembocado en el estallido de la crisis económica actual.

El daño que este proceso está causando al progreso económico y social en la economía mundial es muy elevado, pues como consecuencia de lo que supone este dominio de las finanzas se concentra aún más la riqueza, al tiempo que aumenta la desigualdad, la pobreza no tiende a disminuir, y la inseguridad laboral se instala en las sociedades, no ya solamente en los países emergentes y subdesarrollados sino en los países ricos. Se deteriora la democracia como consecuencia de que las decisiones importantes que afectan a variables macroeconómicas, aunque no todas ellas, se toman fundamentalmente por los poderes financieros.

Esta fase tiene unos rasgos novedosos frente a otros periodos de la historia, pero, sin embargo, hay hechos que son comunes con otros momentos que se han dado en los diferentes procesos de desarrollo. Conviene subrayar esto, porque, ante el dominio de las finanzas en la actualidad, es corriente encontrar en algunos artículos, ensayos y libros, análisis que presentan como nuevos fenómenos, tales como los procesos especulativos, endeudamientos y crisis financieras, sin tener en cuenta una perspectiva histórica del papel desempeñado por la banca y las finanzas.

La importancia que desempeñan el dinero y las finanzas es muy antiguo, pero no cabe duda de que van adquiriendo una mayor importancia en la baja edad media cuando tiene lugar el avance del comercio, las ferias, y el desarrollo de las ciudades que se convertían en centros mercantiles y financieros y en las que se asentaba la burguesía comercial ascendente......
 

La deconstrucción acelerada del sistema occidental unipolar

Pierre Charasse
La Jornada 
 
La crisis ucrania ha puesto en evidencia la magnitud de la manipulación de las opiniones occidentales por los grandes medios de comunicación televisivos, como CNN, Foxnews, Euronews, Televisa, y la mayoría de la prensa escrita alimentada por las agencias noticiosas. La manera en que el público occidental está desinformado es impresionante, pese a que hay abundante información disponible en Internet. Es muy preocupante que muchos ciudadanos del mundo se dejen llevar por una rusofobia jamás vista, ni en los peores momentos de la guerra fría. La imagen que nos da la maquinaria mediática es que los rusos son unos bárbaros atrasados frente a los civilizados occidentales. El importantísimo discurso de Vladimir Putin el 18 de marzo, después del referendo en Crimea, fue prácticamente boicoteado en todos los medios. En cambio, se dieron amplios espacios a las reacciones occidentales. Naturalmente, todas negativas. En este discurso, Putin explicó detalladamente que la crisis en Ucrania no fue provocada por Rusia y presentó con mucha racionalidad la posición rusa y los intereses legítimos estratégicos de su país en la era posconflicto ideológico.
 
Humillada por el trato que le dio Occidente a partir de 1989, Rusia despertó con Putin y empezó a reanudar una política de gran potencia buscando reconstruir posiciones en la línea histórica tradicional de la Rusia zarista y después de la Unión Soviética. La geografía determina muchas veces la estrategia. Rusia, después de haber perdido gran parte de sus territorios históricos según la fórmula de Putin y de su población rusa y no rusa, se fijó como gran proyecto nacional, patriótico, recuperar su estatuto de superpotencia, de actor global, asegurando en primer lugar la seguridad de sus fronteras terrestres y marítimas. Es precisamente lo que quiere impedir Occidente, en su visión unipolar del mundo. Como buenos ajedrecistas, Putin y su equipo tienen varias jugadas anticipadas, basadas en un conocimiento profundo de la historia, la realidad del mundo y las aspiraciones de gran parte de las poblaciones de los territorios anteriormente controlados por la ex Unión Soviética. Él conoce a la perfección las divisiones de la Unión Europea, sus debilidades, la capacidad real militar de la OTAN y el estado de las opiniones públicas occidentales, poco deseosas de aumentar los gastos militares en un periodo de recesión económica. A diferencia de la Comisión Europea, cuyo proyecto coincide con el de Estados Unidos de consolidar un bloque euroatlántico político-económico-militar, los ciudadanos europeos no quieren ampliar más la UE al este ni admitir a Ucrania, Georgia ni a ningún otro país ex soviético como nuevos socios......
 
 

domingo, 23 de marzo de 2014

Manipulación genética, manipulación institucional, manipulación científica

José A. Estévez Araújo
Mientras Tanto
 
La decisión que nunca se tomó
El día 11 de febrero de 2014 el Consejo de Ministros de la Unión Europea tenía que decidir acerca de la autorización del cultivo de una simiente de maíz transgénico desarrollada por la empresa DuPont Pioneer. Desde el año 1998 no se ha autorizado el cultivo de ninguna variedad de maíz transgénico en la Unión Europea. Varios países miembros (Austria, Polonia, Grecia, Hungría, Francia, Luxemburgo, Alemania, Bulgaria, Italia e Irlanda) han prohibido incluso plantar en sus campos la única variedad de maíz transgénico autorizada por la UE. Por ello no es extraño que en la votación final del Consejo sólo 5 países miembros estuvieran a favor de la autorización del nuevo Organismo Genéticamente Modificado (OGM). Diecinueve estados  se manifestaron en contra y los restantes se abstuvieron.
 
Ese resultado parece que debería conllevar un rechazo de la autorización del maíz GM de DuPont Pioneer. Máxime al estar recogido el principio de precaución en la normativa de la UE. Sin embargo, la Comisión Europea manifestó que estaba obligada a autoriza el maíz puesto que los votos de los diecinueve países miembros no alcanzaban la mayoría cualificada requerida en este caso. La mayoría cualificada no es, pues, necesaria para aprobar la autorización de un OGM por parte del órgano que representa a los estados miembros, como parecería natural, sino que es precisa para rechazar la previa aprobación por parte del órgano tecnocrático de la UE. Además, hay que tener en cuenta que el Parlamento Europeo también se había manifestado en contra de permitir el maíz transgénico.....
 
 

miércoles, 19 de marzo de 2014

No todas las clases sociales pierden con la crisis

Daniel Raventós
Sin Permiso
 
Reino de España: 5.896.300 parados según la EPA del último trimestre de 2013, es decir, un 26 por ciento de tasa de paro. Una tasa que se más que duplica entre las personas jóvenes menores de 25 años: 55,6 por ciento. Casi tres millones de personas están oficialmente en el paro desde hace más de un año, mientras que 1’8 millones de hogares tiene a todos sus componentes en el paro. Aunque conocidas, pocas cifras pueden describir más breve y tajantemente una realidad social.
 
La crisis y las políticas económicas puestas en acción por el gobierno del Reino de España para combatirla (sic) han comportado, entre otras muchas consecuencias, un incremento impresionante de las desigualdades sociales. Más concretamente, desde 2008 a 2012, el índice de Gini ha pasado de 0,319 a 0,35, lo que representa un aumento de casi el 12 por ciento. Este índice, cabe recordar, va de 0 (distribución de la renta perfectamente equitativa) a 1 (uno se lo lleva todo y los demás nada), por lo que cuanto más se acerca a 0 menos desigualmente está repartida la renta y cuanto más cerca de 1, mayor desigualdad. Un incremento de este índice del 12 por ciento en solamente 4 años, es mucho. Para hacernos una rápida idea comparativa, ningún otro Estado de la UE ha experimentado en el mismo período un aumento tan grande de este indicador. Algunas comparaciones: Grecia lo ha aumentado un 3,3 por ciento, Francia un 2,3. Y otros Estados aún lo han disminuido: ¡Portugal! en un 3,6 por ciento, Alemania en un 5,9. La media de la zona euro de los 18 ha sido de un aumento pequeño del 0,8 por ciento. 
 
Podemos idear divertimentos académicos y hacernos preguntas sobre si “es moral que los especuladores de los mercados financieros puedan obligar a Estados enteros y a sus ciudadanos a recortes drásticos” [1]. Sí, como divertimentos, se pueden idear estas preguntas u otras similares, realizar tesis doctorales y publicar en revistas de mayor o menor prestigio académico. Pero, tomando las cosas en serio, y para quienes somos partidarios de la libertad republicana, las grandes desigualdades económicas no precisan de aparentemente sofisticadas preguntas morales. Estas desigualdades son un impedimento a la libertad de la gran mayoría.....
 

lunes, 17 de marzo de 2014

Cambio de las reglas del juego: la socialización de las pérdidas

Bibiana Medialdea
Colectivo Novecento
 
Una vez que estalla la crisis, las reglas del juego mediante las que habitualmente se reparten los resultados de la dinámica económica se dan la vuelta. Tengamos en cuenta que durante los mal llamados años del boom de la economía española, las desigualdades sociales y económicas en nuestro país no sólo no se redujeron, sino que, como se analiza en el siguiente capítulo, aumentaron. Pensemos por ejemplo que, según el Barómetro Social, entre 1999 y 2007 los salarios registraron un crecimiento ínfimo en términos reales, del 1%, y el subsidio de desempleo creció solo un 4%. Mientras, los beneficios empresariales crecieron un 50%, el valor de los activos financieros un 90% y el del patrimonio inmobiliario en torno a un 125%. Es decir, los resultados beneficiosos de la dinámica de crecimiento, por otra parte enloquecida desde el punto de vista medioambiental, se concentraron en un conjunto reducido de manos privadas, mientras que la mayor parte de la población no vio mejorar sus ingresos, su acceso a los servicios públicos o sus condiciones laborales.

Pero el estallido de la crisis cambia el rumbo de las cosas: llegó el tiempo de compartir, debieron pensar algunos. Así, mediante diversos mecanismos, los grupos sociales que se apropiaron de las ganancias económicas anteriores en forma de beneficios y plusvalías inmobiliarias y financieras, consiguen ahora que las pérdidas directamente derivadas de sus prácticas temerarias se repartan entre toda la población. ¿Con qué criterio? El de la regresividad. Es decir: pagan, por una crisis que no han generado, proporcionalmente más aquellos grupos sociales que menos renta y patrimonio tienen. Desglosemos brevemente cuáles están siendo estos mecanismos perversos de socialización de pérdidas.

Por un lado, la recesión económica que resulta del estallido financiero analizado en el capítulo anterior impacta con mayor severidad sobre los colectivos con peores condiciones de partida. Por ejemplo, sabemos que los más de 6 millones de personas desempleadas no se distribuyen de forma equitativa entre los distintos estratos sociales, sino que se concentran en los de menos ingresos y nivel formativo; de la misma forma que lo hacen los más de 420.000 desahucios ejecutados desde que empezó la crisis. Según datos del Ministerio de Empleo, a partir de 2009 el crecimiento salarial no alcanza al de los precios, por lo que la capacidad adquisitiva de la población asalariada retrocede desde entonces. Mientras, no es que la crisis no haya empeorado los sueldos de los directivos, ¡es que han seguido creciendo! Los ejecutivos y miembros de dirección de las empresas que cotizan en el IBEX35 han pasado de cobrar un promedio de 873.666 euros anuales en 2007 a 1,07 millones de euros en 2011. La crisis no perjudica (¡incluso beneficia!) a los altos despachos en los que se gestó; las pérdidas se concentran a pie de calle......

 
 

viernes, 14 de marzo de 2014

Europa: evasión fiscal de trasnacionales

Penultimátum
La Jornada

Agobiados por la crisis económica, los gobiernos de  Europa buscan aumentar sus recursos. Además de gravar las utilidades de los potentados, combaten la evasión y obligan a las grandes multinacionales a pagar los impuestos que les corresponden. Figuran en la lista compañías de peso internacional, como Microsoft, Google o Amazon. A esta última el gobierno francés le reclama, por ejemplo, 252 millones de dólares al descubrir los procedimientos a los que recurre para eludir las cargas fiscales.
 
Pero hay otras trasnacionales que también evaden mediante un complejo montaje que utiliza a sus franquicias para enviar sus ganancias a paraísos fiscales, como Suiza y Luxemburgo. Es el caso de McDonald’s, la cadena de hamburguesas más famosa del mundo. Cálculos conservadores de las autoridades francesas fijan entre 446 y 880 millones de dólares lo evadido por concepto de impuesto sobre la renta y por utilidades.
 
La compañía estadunidense reconoció ser objeto de investigación. Y que, como sucede con la mayor parte de las grandes empresas, las autoridades escarban en su contabilidad. Pero que proporcionarán toda la que le soliciten. La hacienda francesa no informa sobre los procesos emprendidos contra la trasnacional porque deben guardar el secreto fiscal. En cambio afirma que serán implacables en su lucha contra el fraude y la evasión.....
 

miércoles, 12 de marzo de 2014

La tercera fase del capitalismo

Ignacio Sotelo
EL País

El poderío financiero necesita poca mano de obra y amenaza a la democracia.

El lento declive del feudalismo hasta el arranque del capitalismo, que en su primera fase llamamos comercial, dura tres siglos. La figura dominante es el comerciante, un término que debe entenderse en un sentido muy amplio. Incluye tanto al gran mercader que hacía negocios en países lejanos, como al que circunscribía su actividad a una localidad, tanto al usurero de la aldea, como al banquero que presta a monarcas, cada vez más endeudados por el costo creciente de los ejércitos, o bien ejerce de agente de seguros con los que, navegando a países lejanos para hacer grandes negocios arriesgan mucho. En la categoría de comerciantes hay que incluir también a los artesanos, organizados en gremios, y a los profesionales, médicos y juristas, que logran formar parte del patriciado de las ciudades. Todos ellos contribuyen al proceso de acumulación primitiva que en tres siglos —XVI al XVIII— logra el capitalismo comercial.

Desde comienzos del siglo XIX al capitalismo comercial sigue el industrial, fase en la que los dueños de las fábricas se hacen con el poder. Al término del pasado milenio se inaugura una nueva etapa, la del capitalismo financiero: las grandes corporaciones financieras controlan gran parte de la economía productiva, siendo el nuevo grupo dominante el que administra los ahorros de millones de inversores.

En cada una de estas tres etapas de capitalismo comercial, industrial y financiero, no desaparecen las formaciones anteriores, sino que conviven, supeditadas a la dominante en cada etapa. En el industrial el comercio continúa diversificándose, y en el financiero no desaparecen comercio, ni industria, aunque sometidos al nuevo poder financiero.....

miércoles, 5 de marzo de 2014

Mitos y realidades de la “marca España”: Nacionalismo económico y multinacionales

Albert Recio Andreu
Mientras Tanto

El discurso económico para convencer a la población interna es que el bienestar de un país depende fundamentalmente de su posición competitiva en la esfera internacional. Y esta posición se refleja en los buenos resultados de las empresas locales: si ganan cuota de mercado a escala planetaria se generarán rentas y empleos para el país que mejorarán las condiciones de vida de todo el mundo. La ventaja de esta explicación es su sencillez y capacidad de atracción, y por ello se utiliza como principal instrumento de legitimación de todas las medidas que impactan negativamente en las condiciones de vida de la gente (reformas laborales, recortes fiscales, etc.), así como para presentar a las grandes empresas como adalides de este proceso. En cierta medida la visión de la competitividad económica entre territorios es una nueva versión de la vieja rivalidad militar: todos unidos contra el enemigo común (o frente al invasor). Y como siempre, los mayores sacrificios se exigen a la tropa de a pié.

A este planteamiento pueden hacerse dos objeciones básicas. Una que vale igual para la guerra militar y la económica y otra más específica para la segunda. La primera es una vieja objeción de la izquierda internacionalista y el pacifismo: la impugnación de las bases de la rivalidad y la búsqueda de un modelo diferente de relaciones basado en la cooperación. El otro es específico de la realidad económica. Al tomar a los territorios como contornos definidos, lo que la apelación a la competitividad internacional está sugiriendo es que las economías nacionales están organizadas por medio de empresas locales que producen para el mercado interior o la exportación, que pagan sus rentas e impuestos en el propio país y que por tanto sus buenos resultados se transfieren directamente en renta y bienestar local. Quizás en el pasado existió alguna economía de este tipo (y es cierto que el nivel de riqueza de los grandes países capitalistas se explica en parte por su capacidad de captar rentas de su actuación internacional), pero esto no resulta tan claro en el contexto de una economía donde las grandes empresas adoptan una organización global y son capaces de localizar sus diversas actividades en cualquier lugar del planeta.

Tomar en consideración esta cuestión ayuda a entender alguna de las perplejidades y problemas que experimenta la economía española. El argumento del “fin de la crisis” que esgrime el gobierno se basa tanto en el ligero aumento de la producción (una ligera inflexión en un contexto de estancamiento), como en los buenos resultados de las grandes empresas españolas y la evolución de la bolsa. Pero cuando se analiza qué empresas son las relevantes en este proceso, por ejemplo las que se incluyen en el Ibex 35, fácilmente se percibe que una parte creciente de sus beneficios no dependen de lo que ocurra en territorio español, sino que sus rentas proceden de su actividad internacional. Algo que resulta evidente en el caso de los dos grandes bancos (Santander y BBVA), de las grandes empresas de ingeniería y construcción (que ante el hundimiento de las inversiones públicas han optado por desplazar su actividad a cualquier lugar del planeta), de Telefónica, de Iberdrola, etc.....

¿Puede evitarse la inmigración irregular?

Augusto Klappenbach
Público.es

Cada día nos enteramos de que un grupo de inmigrantes, muchas veces numeroso, ha logrado entrar en España saltando la valla, en precarias pateras o incluso a nado. Sin contar los que llegan por otras vías menos dramáticas. Quince de estos inmigrantes murieron por una represión desmedida sin que nadie asuma la responsabilidad de estos probables homicidios. Mientras tanto, más de mil esperan en Marruecos, a veces durante más de un año, la oportunidad de entrar en una España para nosotros inmersa en una profunda crisis pero que para ellos representa la oportunidad de escapar de una vida miserable o incluso de conservarla.
 
Ante esta situación, la respuesta de España y de toda Europa se limita a idear métodos cada vez más eficaces para detenerlos o a dirigir sus esfuerzos diplomáticos para que otros países los empleen. Será inútil: antes que un problema de seguridad se trata de un problema de física. Hemos sabido que la frontera que separa España de África es la que muestra una mayor desigualdad entre la riqueza de ambas partes, quizás con la excepción de los dos Coreas. Y ello implica una presión semejante a la que se produce en un laboratorio entre dos líquidos de diferente saturación separados por una membrana. Como en este caso es imposible una separación hermética entre ambas partes, el flujo de inmigrantes está asegurado, aunque los medios represivos consigan algunos éxitos ocasionales.
 
Las soluciones que propone la derecha, además de indignas son inútiles: desde el aumento de los efectivos policiales hasta defender el uso de armas antidisturbios, pasando por la eliminación de cualquier garantía jurídica aplicable a los inmigrantes. Desde luego que no todos los inmigrantes que tratan de entrar en España sufren hambre, pero sí la sufren millones (unos 850 millones) de personas de los países de donde vienen. Y no se trata del hambre que podemos conocer nosotros sino de aquella que obliga a dejar de alimentar a los niños más débiles para asegurar la supervivencia de los más sanos o la que provoca una retracción de los tejidos hasta dejar los huesos al descubierto.....

lunes, 3 de marzo de 2014

Desobediencia civil, autoridades inciviles

Jordi Borja 
Sin Permiso 
 
“Los verdaderos amantes de la ley y el orden son los que cumplen las leyes cuando el gobierno las quebranta” .— Henry David Thoreau, La esclavitud en Massachussets (1854) [1]

Quizás deberíamos sustituir “leyes” por “espíritu de las leyes” tal como las entendía Montesquieu. El mismo Thoreau escribió en el texto citado: “las leyes no harán libres a los hombres, son los hombres que harán a las leyes libres”. La modernidad inaugurada por la revolución francesa estableció en nuestra cultura política los principios de libertad, igualdad y fraternidad. Su declaración de derechos proclamaba “los hombres nacen y se desarrollan libres e iguales”. Fue algo más que instaurar el garantismo propio del Estado de Derecho y el concepto abstracto de libertad propio del liberalismo conservador. La ciudadanía, status propio de la democracia, exige políticas públicas que transformen las condiciones sociales y los marcos legales que limitan los derechos de unos y facilitan los privilegios de otros. Si las instituciones no lo hacen la desobediencia civil es un derecho ciudadano. No siempre lo legal es legítimo, ni lo real es verdadero (Ernst Bloch).
 
Recientemente he escuchado un debate entre una magistrada del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, Gabiñe Biurrun, un prestigioso periodista de trayectoria democrática, Iñaki Gabilondo, y un político, Eduardo Serra, que fue ministro de Defensa con el PSOE y con el PP [2]. El político, Serra es un personaje de por sí francamente antipático que se empeñó además en parecerlo. 
 
Se aferraba a la literalidad del marco legal para frenar cualquier modificación del status quo y reforzaba su discurso con múltiples y poco explícitas amenazas. Su discurso fue una provocación permanente para todos aquellos que son excluidos, a los que se niega derechos básicos, sea la vivienda, el trabajo o una renta básica, o sea el derecho a decidir sobre su futuro, como Catalunya o poder elegir entre Monarquía o República. Es decir, la mayoría. El periodista, Gabilondo, proclamaba los principios democráticos y en consecuencia se hacía portavoz de los que reclaman cambios profundos en un país en crisis. Hizo de político en el mejor sentido de la palabra, muy lejos de lenguaje de la “casta política institucional”. La magistrada fue el personaje más espontáneo, claro y a mi parecer el más próximo a la ciudadanía. .....

¿Suiza? Sí, por supuesto

Antón Losada
eldiario.es
 
El mundo está a punto de completar el mayor salto atrás de su historia desde que el meteorito se llevó por delante a los dinosaurios y lo puso todo perdido de ceniza y humo. Hemos retrocedido tanto y tan rápido que la vertiginosa sensación de movimiento confunde e induce a pensar que todo está cambiando, cuando en realidad las cosas solo vuelven a ser en esta parte del mundo como nunca habían dejado de ser en la mayor parte del planeta.
 
La economía vuelve a funcionar en base a relaciones de producción donde unos pocos acumulan los beneficios y a la gran mayoría, a la fuerza del trabajo, solo se le asegura el mínimo de subsistencia para que puedan seguir trabajando al día siguiente. En la política, hemos retornado a sistemas donde solo los propietarios deciden y caminamos hacia sistemas donde solo los propietarios tendrán derechos y solo a ellos corresponderá determinar si los no propietarios tienen derecho a algo. El Estado del Bienestar retrocede hacia aquella vieja concepción punitiva donde, además de acreditar ser víctima de la desgracia y necesitar ayuda, los individuos que la pretendan han de probar que se la merecen. En política internacional, primero regresamos a la Guerra Fría y ahora ya hemos entrado de lleno en la época colonial.
 
Las guerras de Irak o Afganistán, o Libia, operaron bajo la retórica de la "comunidad internacional". La teoría establecía que se trataba de intervenciones guiadas por la comunidad internacional para preservar bienes comunes como la paz, la democracia o los derechos humanos y para detener el exterminio de la población civil. Todos sabemos que la realidad era otra. Guerras por los recursos naturales, el control estratégico y el gran negocio militar. Películas de buenos y malos donde los buenos siempre éramos nosotros. Cambiábamos regímenes corruptos y fieles pero ineficientes, por otros más corruptos, mas fieles y más eficientes, al menos en teoría.....
 

domingo, 2 de marzo de 2014

El coste del rescate bancario: las cifras reales. De “ni un euro” a 130.000 millones



Miguel Angel Lorente y Juan Ramón Capella
Mientras Tanto

Introducción

En esta larga nota se intentará demostrar:

1.º Que la cifra de las pérdidas por los rescates públicos a la banca española superará los 130.000 millones de euros. Ninguno de los organismos que poseen los datos al respecto (Banco de España, FROB-Ministerio de Economía, Comisión Europea) ha tenido la intención de publicar las cifras reales; al contrario, las ha diluido, mixtificado y ocultado.

2.º Que esa cifra se puede demostrar detalladamente en cada uno de los componentes de los que ha resultado su suma (banco a banco, caja a caja, organismo público a organismo público, crédito fiscal punto por punto).

3.º Que esa cifra resulta una enormidad comparada con cualquiera de las magnitudes de la economía española, especialmente con los recortes producidos sobre los derechos económicos adquiridos de los ciudadanos, sobre el capital social acumulado.

4.º Que, como consecuencia de esas ayudas públicas no se ha producido ningún efecto positivo sobre el crecimiento económico de España, ni sobre el aumento del crédito; más aún: ese crédito sigue disminuyendo.

5.º Que rescatar ha sido mucho más caro para los ciudadanos que haber dejado desaparecer, ordenada y socialmente, a las cajas y bancos quebrados.

6.º Que el castigo administrativo y/o judicial a quienes, por su acción u omisión irracional o venal, produjeron este aspecto de la crisis, está por ejecutar.

La economía española ha tenido pésimos gestores en lo que respecta a los intereses de la gran mayoría de los ciudadanos. Los gobiernos de F. González la encarrilaron por la senda del neoliberalismo; la negociación con la UE supuso gravísimos daños para el sector agrario y para grandes industrias (siderúrgica, naval, etc.). Los gobiernos de Aznar privatizaron a precio de saldo algunos de los mayores bienes públicos de los españoles (Iberia, Telefónica) y pusieron las bases de la gigantesca burbuja inmobiliaria. Con Zapatero se consolidó el monocultivo del ladrillo, se perdió un tiempo precioso al estallar el crack de 2008 y además se perpetró la infamia de reformar la Constitución para subordinar los derechos sociales de los ciudadanos al pago de la deuda externa. Con Rajoy la vida de la mayoría de los españoles se ha deprimido gravemente, se ha generado una deuda pública muy importante (a la que el despilfarro del saneamiento bancario ha contribuido decisivamente), y se han puesto las bases para que los derechos de las personas que trabajan no se puedan recuperar en muchos años, dificultando cualquier política alternativa.....



sábado, 1 de marzo de 2014

¡Peligro! Acuerdo Transatlántico

Ignacio Ramonet
Le Monde Diplomatique
 
Dentro de dos meses, el 25 de mayo, los electores españoles elegirán a sus 54 diputados europeos. Es importante que, esta vez, a la hora de votar se sepa con claridad lo que está en juego. Hasta ahora, por razones históricas y psicológicas, la mayoría de los españoles –jubilosos de ser, por fin, “europeos”– no se molestaban en leer los programas y votaban a ciegas en las elecciones al Parlamento Europeo. La brutalidad de la crisis y las despiadadas políticas de austeridad exigidas por la Unión Europea (UE) les han obligado a abrir los ojos. Ahora saben que es principalmente en Bruselas donde se decide su destino.

Entre los temas que, en esta ocasión, habrá que seguir con mayor atención está el Acuerdo Transatlántico sobre Comercio e Inversión (ATCI) (1). Este convenio se está negociando con la mayor discreción y sin ninguna transparencia democrática entre la Unión Europea y Estados Unidos (EEUU). Su objetivo es crear la mayor zona de libre comercio del planeta, con cerca de 800 millones de consumidores, y que representará casi la mitad del Producto Interior Bruto (PIB) mundial y un tercio del comercio global.

La UE es la principal economía del mundo: sus quinientos millones de habitantes disponen, en promedio, de unos ingresos anuales per cápita de 25.000 euros. Eso significa que la UE es el mayor mercado mundial y el principal importador de bienes manufacturados y de servicios, dispone del mayor volumen de inversión en el extranjero, y es el principal receptor planetario de inversiones extranjeras. La UE es también el primer inversor en EEUU, el segundo destino de las exportaciones de bienes estadounidenses y el mayor mercado para las exportaciones estadounidenses de servicios. La balanza comercial de bienes arroja, para la UE, un superávit de 76.300 millones de euros; y la de servicios, un déficit de 3.400 millones. La inversión directa de la UE en EEUU, y viceversa, ronda los 1,2 billones de euros.......
 

Única solución: refundar unas Naciones Unidas capaces de establecer un nuevo orden mundial

Federico Mayor Zaragoza
El Mercurio Digital

Es patente el caos en que han desembocado la codicia y las ambiciones hegemónicas de unos cuantos países y la total irresponsabilidad intergeneracional con que han intentado gobernar el mundo.

Es necesario y apremiante poner en práctica la Carta de las Naciones Unidas y el diseño de cooperación, solidaridad, justicia y libertad para la “igual dignidad de todos los seres humanos”, tan bien establecidos en los “principios democráticos” de la Constitución de la UNESCO.

Está clara la crisis sistémica –ética, social, política, económica, medioambiental,…- que estamos atravesando y que, como tantas veces he repetido, requiere múltiples transiciones:

• La transición desde una economía de especulación, deslocalización productiva y guerra a una economía de desarrollo global sostenible y humano.

• La transición desde una cultura de imposición, dominio, violencia y enfrentamiento a una cultura de encuentro, conversación, conciliación, alianza y paz.

• Una transición, en suma, de la fuerza a la palabra.

La Carta de las Naciones Unidas se inicia con un párrafo en el que, insisto, se sintetiza la razón de ser de las Naciones Unidas en 1945 y, hoy mismo, las soluciones que podrían permitir a la humanidad en su conjunto iniciar una “nueva era”: “Nosotros, los pueblos… hemos resuelto evitar a las generaciones venideras el horror de la guerra”. No se cita a los gobiernos o a los Estados sino a los pueblos, que son quienes deben tener en sus manos las riendas del destino común. Y no se aplica, una vez más, como se ha hecho a través de la historia, el perverso adagio de “Si quieres la paz, prepara la guerra”. Se tiene que “evitar el horror de la guerra”, es decir, se debe construir la paz. Paz en uno mismo, paz en relación a los demás, en relación a nuestro entorno, paz a escala nacional, a escala regional, a escala mundial......