miércoles, 24 de octubre de 2007

COMUNICADO DE ATTAC SOBRE LAS CRISIS HIPOTECARIA Y FINANCIERA

El 8 de agosto de 2007, las bolsas de todo el mundo protagonizaron fuertes caídas en sus valores cotizados, haciéndose entonces visible una crisis en los mercados financieros globales que venía larvándose desde hacía tiempo. Attac España, con la perspectiva que proporcionan las semanas transcurridas, emite el siguiente COMUNICADO, dirigido a informar a la ciudadanía de lo sucedido y de lo que puede suceder.

1. Attac denuncia la falta de información, el oscurantismo y falta de transparencia de los poderes públicos y especialmente de las instituciones financieras. En lugar de analizar con rigor la naturaleza y las causas de la crisis, se han limitado a reiterar cansinamente que todo va bien y que nada está fuera de la normalidad. Algo que evidentemente contradice la extraordinaria cantidad de recursos financieros que los bancos centrales han debido movilizar para tratar de hacer frente a la situación.

Attac reitera que los asuntos financieros y monetarios tienen una gran influencia en el bienestar, en la renta y en la estabilidad social de los ciudadanos (como saben perfectamente las familias que en los últimos meses han visto reducirse sus rentas como consecuencia de la política de subida de los tipos de interés aplicada por los bancos centrales). En consecuencia, no puede admitirse la opacidad y la falta de claridad con la que se están presentando a los ciudadanos una situación crítica que es a todas luces extraordinaria y preocupante. Ha hecho falta esperar más de un mes desde del estallido de la crisis, para que comiencen a difundirse las primeras declaraciones apuntando que habrá consecuencias y que serán importantes (R. Rato, FMI)

2. La crisis hipotecaria iniciada en Estados Unidos se ha extendido a casi todos los lugares del planeta porque las hipotecas que inicialmente allí crearon problemas de solvencia están vinculadas a través de operaciones puramente especulativas, a toda la banca del planeta. La quiebra y la crisis de solvencia expresamente reconocida de muchas instituciones financieras en Alemania, Francia e Inglaterra así lo prueba.

Al generalizarse la inestabilidad, se ha producido una disminución de los recursos financieros disponibles para la actividad económica, lo que se está traduciendo en el inicio de una crisis que puede afectar a la economía real en los principales países del mundo. Eso, añadido al desinflamiento paulatino de la burbuja especulativa inmobiliaria, está produciendo crisis en las empresas, disminución de la actividad económica y un aumento del desempleo que posiblemente vaya a más en los próximos meses.

3. Ante esta situación, los bancos centrales siguen actuando como un simple instrumento cómplice de la especulación financiera internacional. Han hecho oído sordos a las demandas que incluso algunos gobiernos conservadores le han hecho para que imponga más transparencia en las relaciones financieras que generan más riesgo, continúan aplicando una política monetaria que sólo favorece a las rentas más altas y a los propietarios de recursos financieros y que actúa siempre ajena a objetivos como la creación de empleo y, por supuesto, el bienestar económico.

Attac considera un verdadero escándalo y una repugnante inmoralidad que los bancos centrales estén ofreciendo cientos de miles de millones de dólares con extraordinaria generosidad a los bancos que han provocado la crisis para que continúen con sus operaciones especulativas, y, sin embargo, estén manteniendo siempre la doctrina de la austeridad y la disciplina a los asalariados y trabajadores de todo el mundo. Una doble vara de medir que expresa la injusticia, la sinrazón y el despilfarro que caracteriza a las políticas económicas de nuestra época.

Lamentablemente, tampoco los gobiernos han sido capaces de canalizar la voz ciudadana frente a la dictadura que imponen los mercados financieros y que una vez más trae consigo inestabilidad, crisis y pérdidas millonarias para los sectores sociales de por sí más desfavorecidos. En lugar de exigir medidas firmes contra la especulación y la criminalidad económica, mantienen un silencio acomodaticio que facilita que se produzcan situaciones de crisis como las que estamos viviendo.

4. Attac quiere manifestar una vez más que estos episodios de crisis no son casuales, ni un simple accidente coyuntural, sino que son la inevitable consecuencia de un sistema económico en donde solo los poderosos tienen las manos completamente libres para disponer de los recursos a su libre antojo. La actual crisis es el efecto directo de la acumulación de ingentes beneficios en las grandes empresas y en la banca gracias al control salarial de los últimos años y, sobre todo, de la falta de control a que han estado sometidos los inversores a la hora de dedicarlos a operaciones muy rentables pero, precisamente por ello, muy arriesgadas y en su mayor parte especulativas.

Hay que subrayar, además, que el origen de esta crisis se encuentra en la conversión del sector de la vivienda orientado a satisfacer la demanda de habitabilidad, en un mercado meramente especulativo destinado a proporcionar plusvalías a los más ricos. Un fenómeno que es urgente revertir para evitar nuevas crisis y mayor frustración social.

5. Attac vuelve a manifestar la necesidad de proceder a controlar los flujos financieros, de someter la maquinaria compulsiva del beneficio a los intereses de las mayorías sociales, y de desincentivar y dificultar la utilización especulativa de los recursos financieros. Para ello es imprescindible la creación de instituciones financieras internacionales más democráticas, el establecimiento de instrumentos fiscales de alcance planetario, así como de mecanismos globales de redistribución de las rentas.

Para evitar que los bancos centrales sigan estando al servicio exclusivo de los más poderosos y esclavos de una retórica económica equivocada que coadyuva a la aparición de recesión y crisis económicas, es preciso modificar su naturaleza, someterlos al control público y de las instituciones representativas y garantizar que la política monetaria se comprometa efectivamente con objetivos económicos como el pleno empleo, la equidad y el bienestar social efectivo.

6. En España hay riesgo efectivo de que se propague la crisis financiera, pues es de sobra conocido que existe una importante burbuja hipotecaria. Para proteger al país de sus consecuencias es preciso evitar que la vivienda se siga convirtiendo en un activo creado para generar beneficio a través de la acumulación y la especulación. Y, por supuesto, que sus instrumentos de financiación se transformen en la fuente que nutre la actividad de los mercados financieros secundarios intrínsecamente inestables y generadores de crisis. Los gobiernos tienen medios para asegurar que las viviendas sean lo que deben ser, soluciones al problema social de la habitabilidad, y no activos para canalizar el ahorro de los ricos y para labrar ganancias especulativas.

Y para evitar que como ha sucedido otras veces estas crisis aumenten las desigualdades, produciendo millones de afectados y muy pocos beneficiarios, es preciso presionar socialmente a los gobiernos estatales para restablecer el valor social de los impuestos, crear un auténtico sistema fiscal internacional, e introducir mecanismos internacionales de redistribución de la renta.

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