viernes, 30 de mayo de 2008

La Unión Europea y la inmigración. Análisis para una política constructiva

Susan George.
En vez de confiar en la policía de fronteras, la UE debería examinar los efectos de sus propias políticas en los países pobres que envían a los emigrantes. A no ser que cambien las políticas que perpetúan las condiciones de pobreza e injusticia, las razones para emigrar persistirán.

Tal como nos recuerdan continuamente las correspondientes agencias de las Naciones Unidas, vivimos en una era de amplios movimientos de población. Millones de personas hacen la transición en sentido único del campo a la ciudad, con el resultado de que actualmente más de la mitad del mundo vive en un entorno urbano. No es infrecuente en países como China que pueblos enteros sean arrasados por elefantiásicos esquemas de "desarrollo" y que sus habitantes sean relocalizados, generalmente en peores condiciones. Millones de otros han sido desplazados a la fuerza por diversos tipos de violencia armada dentro de sus propios países y se conocen como "refugiados internos". Finalmente tenemos el grupo de los que ya han realizado la transición rural-urbana, a veces gracias a las generaciones precedentes y que, por razones que continúan siendo no del todo explicables, desean desesperadamente emigrar a países extranjeros que ven como tierras prometidas. Estos candidatos a la salida casi siempre intentan entrar en los ricos países de la OCDE. Los mexicanos y centroamericanos se dirigen a los Estados Unidos; los norteafricanos y africanos subsaharianos, así como los europeos del este y centroasiáticos, intentan cruzar las fronteras de la Unión Europea....

No hay comentarios: