sábado, 11 de mayo de 2013

Ley Wert: Iglesia, empresa y democracia

José Manuel Barreal San Martín
Mientras Tanto 
Podría parecer que salir, actualmente, en defensa de la Escuela Pública resulta manida y hasta obsoleta tal actitud. Pero, no. Es decir, repetir que una escuela pública, laica y de calidad para todas y todos, además de gratuita, democrática, participativa, integradora, e igualitaria y que solo con ella y así, se conseguiría tener una garantía de integración y cohesión social, no solo no está desactualizada, sino que es urgente volver a decirlo alto y claro.

El Proyecto de Ley, la LOMCE, que el gobierno del PP, de la mano del inefable Wert, quiere convertir en el futuro modelo por el que se regirá la enseñanza pública en España, hace que se tenga que volver a recordar y a defender los principios básicos expuestos.

En mi opinión, dos son, entre otros, los aspectos que hacen vislumbrar una educación pública puesta al servicio no precisamente de todas las personas con derecho a una educación pública de calidad. Me refiero:

a) la enseñanza de la religión en la escuela pública y
b) la función integradora y democrática que debe de tener.

La regulación de la enseñanza de la religión en la escuela ha suscitado en España controversias y no pocos enfrentamientos a lo largo de los últimos años.

Como cabía esperar, la mayoría absoluta del PP, y la anterior dejación de las otras mayorías que hubo (PSOE) y la buena vecindad de los gobiernos de Zapatero con la Iglesia Católica, ha vuelto a reabrir un nacionalcatolicismo que, en mi opinión, no había desaparecido, pero que ahora, en buen lógica de la derecha, se recrudece. La polémica gira, como siempre, en torno a la cuestión sobre qué lugar debe ocupar la religión en los centros de educación pública. ¿Debe formar parte del currículo escolar la enseñanza de la religión? Y, si formase parte, con qué carácter ¿confesional o aconfesional? A mi juicio, el debate es falso.....

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