lunes, 12 de diciembre de 2011

Solo nos falta rezarle al capital

Pedro A. Honrubia Hurtado
Rebelión
 
2008
Cuentan los viejos del lugar que allá por el lejano año 2008 estalló una crisis económica en el mundo que llamaban desarrollado y/o capitalista. Una crisis que se inició, nada más y nada menos, que en el mismo corazón de un sistema político, social, cultural y económico que algunos sabios de la época habían catalogado como la última etapa posible de la humanidad, el fin de la historia. Una crisis que nacería en lo que entonces llamaban la primera potencia mundial, y que pronto se extendería, por obra y gracia de algo que llamaban globalización, interconexión financiera y no se sabe cuantos eufemismos más, al planeta entero.
 
No, no me he vuelto loco. Tampoco quiero escribir ningún relato de estos que vengan a presentar la historia reciente, el propio presente, como si de un pasado lejano y olvidado se tratase. Es que, simplemente, cuando oigo hoy hablar de la crisis económica capitalista, me suena tan distinto de lo que escuchaba hace apenas tres años, que casi uno diría que hubiese pasado hace varios siglos.
 
Resulta que tras el estallido de la crisis hipotecaria en los EEUU, la quiebra y hundimiento de varios de los principales bancos de inversión del país, y todo aquello que ocurriese en 2008, repetido entonces hasta la saciedad en todos los medios de comunicación, nos dijeron una serie de cosas de las que ahora ya nadie parece acordarse, es más, a las que nadie parece resultarle que tengan algún tipo de vinculación con todo los que estamos viviendo hoy en día, especialmente en la UE.....
 
 

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