sábado, 19 de enero de 2013

Ese tal vivir bien

Katherine Fernández
Rebelión
 
Hace tan solo medio siglo nadie hubiera imaginado que estaríamos discutiendo con tanta prioridad en la agenda mundial un concepto tan elemental como el vivir bien hasta el punto de parecer que estamos cayendo en el absurdo de la obviedad.
 
Pero el vivir bien se plantea como una recuperación de emergencia frente al colapso climático planetario que estamos atravesando. Cuando las Naciones Unidas determinaron que los causantes son el libre mercado, la libre industria y el consumo acelerado del primermundismo, se empezó a reflexionar sobre la alternativa, qué elección tenemos. Ahí es que surgió este vivir bien de la cosmovisión extinta de los pueblos predominantemente rurales que se relacionaron de manera natural con la tierra, la selva, los animales, el agua ya sea por la agricultura, la recolección, la pesca o la convivencia.
 
El daño más significativo que nos hemos hecho siempre los seres humanos es pensar que somos el centro del mundo, a esto se llama antropocentrismo, pensar el mundo a partir de la humanidad. A pesar de que alguna vez existió el vivir bien, en ninguna parte del mundo pudimos frenar el avasallamiento de los espacios de vida, desplazando siempre a las otras especies, cuando no depredándolas y no necesariamente para cubrir requerimientos humanos básicos, sino principalmente para expandir el dominio, ya sea sobre otros grupos sociales o sobre territorios.....
 
 

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