Silvia Ribeiro.
La Jornada
El tema del hambre y
las necesidades alimentarias frente a la creciente población mundial es
crucial, pero está atravesado de supuestos equivocados que urge
terminar.
Casi todos los gobiernos y la comunidad internacional que se ocupa
del tema alimentario parten de la premisa que necesitamos la cadena
industrial y sus tecnologías para alimentarnos, tanto en el presente
como para enfrentar los desafíos futuros. Los campesinos y otros
pequeños productores de alimentos son vistos como algo casi folclórico:
existen, pero son marginales y no juegan un papel importante en la
alimentación. Es también la consigna de transnacionales y científicos
que son financiadas por ellas: sin semillas industriales y transgénicas,
sin monocultivos industriales, maquinarias y gran cantidad de insumos y
agrotóxicos, el mundo pasará aún más hambre ante el aumento de
población y el caos climático.
Sin embargo, los datos duros muestran una realidad inversa: es
justamente la cadena industrial, las trasnacionales y sus tecnologías,
las que exacerban las crisis y producen más hambre, mientras que las
redes campesinas y otros
pequeñosson quienes alimentan a la mayoría.......
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