Francia acaba de ratificar el tratado de Lisboa, que es una mera reproducción del Tratado constitucional europeo (TCE) rechazado por una mayoría de franceses y holandeses. Probablemente ocurrirá lo mismo en los demás Estados miembros, incluso en el caso de que los ciudadanos irlandeses, que serán los únicos que lo van a votar vía referéndum, pudieran poner un grano de arena en el proceso.
Evidentemente, esta ratificación es un trágala difícil de aceptar para todos aquellos que se han expresado y movilizado contra la Europa neoliberal. Sin embargo, la redacción y la adopción de este tratado por la vía rápida y encubierta por parte de los gobiernos así como su ratificación por vía parlamentaria lo privan de toda legitimidad para los ciudadanos europeos....
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