Desde hace días se suceden las manifestaciones populares en varios países del Sur. Los motivos del descontento son semejantes en todos los casos: los precios de los alimentos básicos han experimentado una fuerte y rápida subida, y las poblaciones, ya empobrecidas por la globalización, son incapaces de asumir esta carga añadida. ¡Los pueblos tienen hambre! Las causas del estallido son múltiples, pero globalmente obedecen a dos incentivos económicos. Por un lado, una especulación de repliegue sobre los géneros alimentarios tras la crisis de las hipotecas de riesgo, y por otra la producción de agrocarburantes y el calentamiento climático. Sin embargo, hay periodistas que responsabilizan en sus artículos a las autoridades africanas de las catastróficas políticas alimentarias, como si no supieran que las políticas agrícolas del Sur están sometidas a las directrices del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y los Acuerdos de Asociación Económica (AAE)....
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