En 2000, los dirigentes del mundo se reunieron en Nueva York e hicieron pública una Declaración del Milenio, en la que se prometía reducir a la mitad la proporción de personas que padecen pobreza extrema y hambre en 2015. También prometieron reducir a la mitad las personas que carecen de agua potable y saneamiento, avanzar hacia la escolarización primaria completa y universal de los niños de todos los países, reducir en dos terceras partes la mortalidad infantil y en tres cuartas partes la mortalidad materna y luchar contra el sida, el paludismo y otras enfermedades. Esas promesas, reformuladas como objetivos concretos y mensurables, pasaron a ser los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).
Los países ricos han prometido reducir la pobreza, pero no han adoptado las medidas adecuadas...
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