lunes, 4 de noviembre de 2013

La economía, una ciencia posmoderna

Albert Recio Andreu
Mientras Tanto
 
La ciencia siempre ha estado ligada al convencimiento de la posibilidad de alcanzar un conocimiento adecuado del mundo real; de la existencia de métodos de trabajo inmunes a las ideologías; de un cierto esfuerzo colectivo por depurar técnicas y descartar supersticiones, oscurantismos y percepciones incorrectas; de la capacidad de selección colectiva de las teorías más convincentes.
 
Ya se sabe que de la teoría a la práctica hay un trecho, que algunas ideologías siguen pesando en la cabeza de muchos científicos, que los grandes intereses económicos se inmiscuyen en su quehacer, etc. Pero, en general, el desarrollo de la mayor parte de las ciencias naturales refleja esta dinámica de diálogo intra e interdisciplinario que está en la base de su progreso. Cuando menos se suele reconocer que hay teorías verosímiles y teorías descartables. Este mismo año, por poner un ejemplo, el Nobel de Física ha ido a parar a dos científicos que han contribuido poderosamente a desarrollar la teoría del bosón, que para la inmensa mayoría de los físicos constituye un avance importante con vistas a entender el funcionamiento del mundo real.
 
La economía, esta disciplina que a diario nos venden como justificación de muchas de las medidas que condicionan nuestra vida cotidiana, es diferente. De hecho, la mayoría de los economistas han renunciado a mantener un diálogo interdisciplinario con otras ciencias y conocimientos (salvo con las matemáticas, quizá porque les permite dotarse de una cierta pátina científica). Son conocidas la ignorancia y el desprecio de gran parte de los economistas respecto de buena parte de las ciencias naturales y sus implicaciones ambientales......

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