Pascual Serrano. Rebelión
Quien difundió las imágenes de las presiones gubernamentales fue el propio medio público, Televisión Española, lo que, en mi opinión constituye la mejor prueba de que no aceptaron la presión y así la denunciaron.
Quien difundió las imágenes de las presiones gubernamentales fue el propio medio público, Televisión Española, lo que, en mi opinión constituye la mejor prueba de que no aceptaron la presión y así la denunciaron.
El 30 de julio se produjo una curiosa anécdota televisiva. Ese día fue noticia la amenaza del responsable de prensa del Ministerio de Trabajo español a un periodista de TVE. Tras una rueda de prensa del ministro, el funcionario de prensa, indignado con un redactor de Televisión Española que insistía en preguntar al ministro, le espetó: “Voy a quejarme porque lo has hecho muy mal. Es más, voy a pedir [sic] quién eres para evitar que vengas a este ministerio en la medida de lo posible.” Muchas críticas señalaron que lo sucedido era una prueba del “partidismo de los medios públicos a favor del gobierno”, una vez más se demostraba que la televisión pública y, por extensión, los medios del Estado están bajo el control del gobierno de turno que se podía permitir vetar a un periodista porque no era de su gusto. Quienes así acusan olvidan que quien difundió las imágenes de las presiones gubernamentales fue el propio medio público, Televisión Española, lo que, en mi opinión constituye la mejor prueba de que no aceptaron la presión y así la denunciaron. Supongamos una situación parecida que tenga como protagonista al dueño de una televisión privada y a un periodista de esa televisión. Seguro que no nos imaginamos la difusión en Cuatro de una presión similar de la familia Polanco a un periodista de esa cadena, o en Antena 3 una presión de la familia Lara....
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