domingo, 3 de junio de 2012

La ciudadanía indignada es el comienzo de la solución

Antonio Antón
Mientras Tanto

La participación popular en las manifestaciones convocadas por el movimiento 15-M el pasado 12 de mayo, junto con las movilizaciones y procesos deliberativos anteriores y posteriores, han demostrado la persistencia de una amplia ciudadanía activa. Han participado varias decenas de miles en Madrid y en Barcelona, así como en el conjunto de más de cincuenta ciudades de todo el Estado. Una presencia menor y simbólica ha sido la de otras capitales europeas. Los motivos de hace un año para expresar indignación siguen vigentes y se han reforzado: oposición a las consecuencias injustas de la crisis económica y los recortes sociales; crítica a los mercados financieros y los gestores institucionales dominantes como responsables de una política regresiva; exigencias de cambios socioeconómicos y mayor y mejor democracia, con estímulo de la participación cívica y democrática.
 
Esa amplia indignación ciudadana se ha expresado en el ámbito público y se ha convertido en una masiva participación cívica y pacífica frente a una gestión política antisocial. Una idea de fondo que subyace en esa movilización progresista es que primero están la sociedad, las personas, y, sometidas a esa voluntad ciudadana, después deberían estar las instituciones políticas y económicas, particularmente los mercados financieros. Es una posición nítidamente democrática, de reafirmación de la soberanía popular para desde ella definir las políticas y los proyectos de la sociedad, frente al imperio del beneficio privado que dictan las leyes económicas liberales y las élites poderosas......
 

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