domingo, 3 de junio de 2012

Reino de España: la situación es desesperada, pero no es seria

Antoni Domènech y Gustavo Búster
Sin Permiso 

"En medio del pulso a tres bandas que tiene lugar en Europa esta primavera-verano, en especial si acabara formándose en Grecia un gabinete de izquierda, las urgencias del gobierno Rajoy –provocadas en buena medida por los efectos negativos acumulados de unas contrarreformas estructurales fundadas, como las de Zapatero, en un mal diagnóstico de los males españoles y europeos— desconciertan e irritan a sus reticentes salvadores comunitarios. Pues Rajoy pretende, por un lado, anticipar por la vía de los hechos consumados una negociación que la Troika tiene destinada a Tsipras, en caso de victoria electoral de la izquierda griega; pretende, del otro, adelantar en solitario un programa que la Comisión va negociando paso a paso con Merkel, bajo presión de Hollande; y pretende hacer todo eso, encima, alegando "solvencia" para mantener un gobierno deteriorado en la opinión pública (y publicada) española y del que no se fían ya ni los "mercados" ni las instituciones europeas."
 
De príncipe que en el suelo / va por tan justo nivel / ¿qué se puede esperar dél / que no sean obras del cielo?.— Cervantes

El gobierno que iba a fundamentar su gestión en "dar confianza a los mercados" entra en su sexto mes desarbolado, en un asombroso estado de descrédito generalizado. Sus "reformas", como la del mercado laboral –que ha generado 400.000 parados más—, o las dos del sector financiero –que han provocado el desplome de Bankia y un agujero de provisiones para esta sola entidad de 23.000 millones de euros (el 2% del PIB)—, lejos de dar resultados, han llevado al Ibex 35 a su punto histórico más bajo –ha perdido el 60% de su valor desde 2007—. El diferencial de riesgo no baja desde el 14 de mayo de los 500 puntos –habiendo alcanzado el máximo histórico de 545 la pasada semana—. La tasa de interés de los bonos de deuda pública a diez años toca el 6,7%. Y los mercados de seguros de impagos crediticios (CDS) cubren esos bonos a un alarmante precio, que rebasó holgadamente los 600 puntos (600 mil euros por cada 10 millones de inversión).

La situación es, pues, desesperada. Pero no es seria. ......

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