Newton pedía una palanca para mover el mundo. A los gurús financieros, carentes de los más elementales conocimientos de la física, expertos en picardías, trampas y falsedades, les basta con un rumor para desestabilizar el mundo.
Los últimos acontecimientos que hemos vivido creo que han convencido a los más escépticos de que la vida del sistema financiero está en manos de los más desvergonzados pícaros, que se mueven con facilidad e impunidad por un mundo en el que las reglas de conducta permiten convertir, por arte de magia, las falsedades en artificios contables, las especulaciones en turbulencias propias del sistema de navegación y las estafas en habilidosas operaciones de ingeniería financiera....
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