Orlando Delgado Selley. La Jornada
En agosto de 2007 no sólo estalló la burbuja inmobiliaria, también empezaron las dificultades de grandes bancos internacionales: el BNP Paribas, el mayor de Francia, el Northern Rock británico, Bear Stearns, el quinto banco de inversión estadunidense, y muchos más. En pocas semanas los bancos centrales empezaron a desembolsar recursos para "apoyar" a esos grandes bancos en problemas que durante 2008 sumaron 3.02 billones de dólares, lo que equivalía a 5.5 por ciento del valor del PIB mundial de 2007. El argumento utilizado para que los congresos respectivos apoyaran el uso de este enorme monto de recursos fue que era indispensable impedir la quiebra del sistema financiero internacional...
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