Attac Acordem
Presiento que de nuevo resurge la esperanza, en el panorama internacional la ciudadanía toma conciencia como tal de su capacidad para manifestar su descontento y exigir cambios necesarios hacia la democracia, entendida como no podía ser menos como soberanía popular, como el gobierno del pueblo.
Y es que el pueblo, como legítimo depositario de soberanía, es suplantado sistemáticamente por una diversidad de poderes que lo relegan bien a la sumisión a monarcas y dictadores de turno o bien a la pasividad y delegación colectiva en unos representantes que en la mayoría de ocasiones no lo representan y que, anteponiendo sus intereses partidistas al interés general, sirven o se alían con aquellos que realmente ostentan el poder fáctico, los poderes económicos. Sin embargo en una auténtica democracia el poder político habría de velar porque los ciudadanos fuesen libres e iguales, dotando a las estructuras y leyes del Estado de instrumentos de equidad y mecanismos redistributivos para ello y promoviendo en la sociedad la solidaridad como medio de constituir una auténtica comunidad política más allá de los intereses particulares, especialmente los de los poderes económicos.....
No hay comentarios:
Publicar un comentario