domingo, 6 de mayo de 2012

La economía baja a las plazas

Bibiana Medialdea
Público.es

Hace más o menos un año, centenares de miles de personas salieron a la calle con una alegría y una determinación inéditas en los últimos tiempos. La convocatoria no provenía de los canales habituales, pero la rotundidad del mensaje consiguió aunar voces heterogéneas en un solo grito: no somos mercancías en manos de políticos y banqueros. La insumisión era explícita respecto a las reglas de un sistema político, y económico, que se identifican como incompatibles con el cumplimiento de los derechos ciudadanos más básicos. La idea de que la dinámica económica en marcha nos conducía aceleradamente hacia la barbarie social estaba en el sustrato de la protesta. La pancarta desplegada en Sol aquel 15 de mayo -"vuestra crisis no la pagamos"- insistía en la centralidad de la crítica económica como parte fundamental de la indignación.
 
¿Qué ha cambiado en un año? ¿En qué avances se ha traducido aquel grito insumiso de crítica, no sólo a la forma de afrontar la gestión de la crisis sino, en general, a un sistema económico cada vez más evidentemente injusto? La principal aportación de la "sacudida de mayo", y del trabajo incansable y sistemático que desde entonces se viene desarrollando desde múltiples ámbitos del movimiento -entre los que cabe destacar la labor insustituible de los grupos de trabajo de economía consolidados a partir de los grupos motores de Sol y Plaça Catalunya-, corre el riesgo de pasar desapercibida. Pero es de una importancia crucial: la economía ha bajado a la calle.
 
El motor económico básico de una sociedad capitalista, como la nuestra, es la rentabilidad privada. En este contexto, las principales decisiones colectivas -es decir, la política-, se encuentran permanentemente subordinadas a las exigencias económicas. En la coyuntura actual podríamos decir, a "los mercados".....

No hay comentarios: