miércoles, 3 de agosto de 2011

La izquierda y el 15-M

Juan Carlos Monedero
Sin Permiso

Coraje e imaginación para pensar diferente

El pensamiento crítico necesita imaginación y coraje. Imaginación para poder pensar aquello que ha sido intencionalmente oculto por el poder. Esas rendijas de luz que fueron cementadas apenas empezaron a alumbrar. No es fácil. Aquellas realidades que "pudieron ser" no están a la vista. Su posibilidad sólo se convoca cuando se mira la realidad con ojos dolientes. Cuando necesitas un instrumento que te ayude a pensar lo que ya estás intuyendo. Sin malestar no hay voluntad de transformación. La desazón es la entrada del cambio. El pensamiento crítico es un constante Pepito Grillo que parece tocar en la puerta de la tristeza a cada rato. Por eso la imaginación debe llamar sin cansancio a la esperanza.

Hace falta también coraje. Porque buscar alternativas molesta a los que han encontrado alguna ventaja en lo que existe. Los privilegiados, de partida defienden su privilegio. Por eso el pensamiento crítico es más difícil que el pensamiento obediente. Se gana la animadversión de los asentados. "No se puede, lo vas a empeorar, vas a estropear otras cosas" forma parte del arsenal intelectual de la reacción. Con frecuencia, el que protesta tiene más papeletas para ser cuestionado que el que ha creado el problema. Pero en tiempos de "crisis", solo el pensamiento "crítico" tiene claves para acertar en el diagnóstico. Economistas críticos, politólogos críticos, sociólogos críticos señalaron los problemas del sistema. Pero era más cómodo abrazar, a lo sumo, operaciones cosméticas (como la tercera vía o el fin de la historia o la muerte de Estado) para enmascarar la renuncia a la honestidad intelectual..

La derecha no se equivoca contra el 15-M

El movimiento 15-M (por darle un nombre) ha recibido muchos ataques desde diferentes sectores políticos. La derecha descerebrada –la que recibe la consigna y luego argumenta- intentó crear vinculaciones entre la acampada de Sol y supuestos grupos de apoyo a ETA. La acusación era tan irreal que pronto decayó. Otra acusación conservadora, más acerada, centró los ataques en el supuesto "perroflautismo" del movimiento, esto es, asumir que se trataría de gente ociosa, "ni-ni", que viviría del cuento y decidió protestar desde la Internet que pagan sus padres. ¿Perroflautas con carreras, doctorados, estancias en el extranjero, idiomas, experticia informática, experiencia profesional –en todo tipo de trabajos precarios- y apoyados por algún premio Nobel de Economía?

La iglesia, como siempre, ayudó a remozar la coartada nacional-católica y no dudó en echar la culpa del laicismo generalizado a esos manifestantes que tienen un concepto del amor diferente del que se adoctrina o desliza con maneras de cine oscuro en no pocos colegios clericales. Y decimos coartada porque, cada vez con más claridad, el único interés de la élite de la derecha es económico, siendo la ideología un acompañante funcional de sus verdaderos intereses. En ese reproche desde la derecha a las reclamaciones del 15-M está esa voluntad patronal de crear una conciencia ciudadana subordinada y sumisa que permita recuperar la tasa de beneficio en tiempos de tribulación económica (algo que la siempra más pragmática derecha catalana ha entendido con claridad, no dudando en enviar, como adelantada de un futuro gobierno estatal de la derecha, a los mossos para reprimir al movimiento con una dureza directamente proporcional al miedo a perder privilegios económicos). "¿Pero porqué protestan? Yo cuando era joven…?". Como si las nuevas generaciones anclaran en sus cabezas conciencias de los años cuarenta en vez de ser hijos de su tiempo y de sus posibilidades. "¡Ya hubiera querido yo a tu edad!". Aunque ya ni eso es verdad. Los jóvenes no tienen ni siquiera la posibilidad de imaginar cómo será el futuro dentro de 20 años......

http://attacmurciavarios.blogspot.com/2011/08/la-izquierda-y-el-15-m.html

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