Realidades consentidas y alentadas desde instancias políticas nacionales y supranacionales, como es el caso de los paraísos fiscales, la privatización de empresas y servicios públicos, la liberalización y desregulación a ultranza de los movimientos de capital y el comercio de alimentos y materias primas, la constitución de grandes conglomerados empresariales de carácter transnacional, etc., están en la base del actual desorden.
No obstante, ahora que hay acuerdo absoluto en la necesidad de intervención por parte del Estado, tanto de los responsables que han llevado a esta debacle (el gran capital transnacional y las autoridades políticas y económicas, en una combinación variable de acción y omisión), como de la gran mayoría de la ciudadanía que sufre las principales consecuencias negativas de las crisis alimentaria, energética, ambiental, migratoria y económico-financiera, AHORA, repetimos, es el momento de abrir espacios para el encuentro de diferentes sensibilidades con el fin de consensuar cómo salir de esta CRISIS SISTÉMICA, QUE NO COYUNTURAL.....
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