Diagonal.
La cuestión vuelve a estar presente hoy cuando se nos quiere imponer otro paradigma conservador, la sabia e inexorable racionalidad del mercado como si el mercado fuera libre y no estuviera dominado por los más poderosos. Thomas Frank, en su reciente libro One Market under God [Un mercado a las órdenes de Dios] ha desvelado con sagacidad las falacias de esa explicación básicamente pueril. El modelo se basa en el principio del trickle down: los gobiernos deben dar dinero y libertades a los ricos para que, de alguna manera ‘misteriosa’ –Frank habla de la teología del mercado– terminen llegando a los pobres. El informe del año 2005 del Population Reference Bureau documenta que la mitad de la población mundial vive con menos de dos euros al día y que la desigualdad básica sigue creciendo. Pero ahora vivimos en la globalización, que cambia nuestras perspectivas metodológicas.....
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