Ana Ceballo Herrero y Carlos Trias Pintó
Attac Madrid
Attac Madrid
La Asociación General de Consumidores (ASGECO) hace un llamamiento por un consumo responsable. Que no nos dejemos seducir por los cantos de sirena de un consumismo sin límites que están llevando a situaciones extremas a numerosas familias.
Las últimas décadas se han caracterizado por un modelo de desarrollo basado en el crédito al consumo, alentado desde las entidades financieras y, ulteriormente, también por las no financieras, mediante la generación de numerosos instrumentos de aplazamiento de pago que han permitido multiplicar el acceso de las familias y de las empresas a productos que no se correspondían con su capacidad real de compra.
Lo que comenzó en EEUU a comienzos de la década de los 90, se ha extendido como la pólvora por todo la economía globalizada: el ajuste, cuando no congelación, de los salarios de los trabajadores no ha venido acompañado de una contención del consumo. Más al contrario, la disminución del ahorro ha devenido en mayor gasto de las familias a través de la multiplicación de numerosas y sofisticadas fórmulas de crédito en forma de tarjetas, refinanciación de hipotecas, agrupación de deudas, etc.; todo ello bien engrasado por un sofisticado aparataje publicitario que ha permitido al ciudadano soñar con atractivos modos de vida cuya puerta de entrada parece ser la del consumo masivo e indiscriminado de los muy vistosos productos que se anuncian a todo color.....
Las últimas décadas se han caracterizado por un modelo de desarrollo basado en el crédito al consumo, alentado desde las entidades financieras y, ulteriormente, también por las no financieras, mediante la generación de numerosos instrumentos de aplazamiento de pago que han permitido multiplicar el acceso de las familias y de las empresas a productos que no se correspondían con su capacidad real de compra.
Lo que comenzó en EEUU a comienzos de la década de los 90, se ha extendido como la pólvora por todo la economía globalizada: el ajuste, cuando no congelación, de los salarios de los trabajadores no ha venido acompañado de una contención del consumo. Más al contrario, la disminución del ahorro ha devenido en mayor gasto de las familias a través de la multiplicación de numerosas y sofisticadas fórmulas de crédito en forma de tarjetas, refinanciación de hipotecas, agrupación de deudas, etc.; todo ello bien engrasado por un sofisticado aparataje publicitario que ha permitido al ciudadano soñar con atractivos modos de vida cuya puerta de entrada parece ser la del consumo masivo e indiscriminado de los muy vistosos productos que se anuncian a todo color.....
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