domingo, 21 de diciembre de 2008

Salvar a la banca mata de hambre

Carlos Enrique Bayo.Público

Hace diez días, el Banco Mundial anunció que este año otros 155 millones de personas han sido abocados a la más abyecta pobreza.

Pero en los medios de comunicación no hubo espacio para reflejar ese dato, ya que estaba todo dedicado a exponer las astronómicas cifras de dinero que se están dedicando a salvar a la banca y a los demás potentados que han contribuido con su enriquecimiento personal a hundir el sistema financiero internacional.

Los datos que se publicaron sobre aquel informe se limitaron a constatar que el crecimiento de la economía mundial caerá en 2009 a sólo un 0,9% del PIB global y que el volumen total de comercio internacional se reducirá por primera vez en 25 años, a causa de la recesión de los países industrializados provocada por la debacle bursátil y bancaria.

Los medios nos rebotaron una auténtica cascada de ominosas cifras macroeconómicas, manejando billones de unidades monetarias, pero a nadie se le ocurrió que el dato más importante eran esos 155 millones... de personas.

Pero ¿cómo se va a comparar tan mísera cantidad con los 200.000 millones de dólares que se emplearon en rescatar a los gigantes hipotecarios Fannie Mae y Freddie Mac?

¿O con los 700.000 millones que la Reserva Federal de EEUU está dedicando a comprar activos tóxicos de las grandes entidades financieras internacionales?...


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