jueves, 22 de marzo de 2012

Por un #29M en el que paren los relojes y renazca la utopía

Angels. M. Castell
Punts de Vista.
 
Me pidieron hace tiempo de la Revista Utopía que definiera lo que era Utopía para mi. Formaba parte de un proyecto que quizás un día podrá transformarse en libro colectivo, pero al margen de avatares editoriales, creo oportuno adelantar mi breve contribución en estos momentos en que todos podemos aportar  argumentos para medirnos con los derechos en una Huelga General que tenga tanto de política como de defensa tan rotunda como amable y prioritaria de las personas que ya se enfrentan a estos tiempos difíciles… Y sobre todo, a los que todavía son inocentes de la opaca deriva de la historia y de los graves malestares que quedan por venir, si no reaccionamos, si no actuamos, si no nos ponemos en pie y revestidos, todos a una,  de fuerza y dignidad, frenamos este poder oscuro que tanto recuerda las peores épocas de la historia.
 
Difíciles y duros tiempos los que vivimos. Incluso los ideales y los sueños parecen sufrir gangrena y mutilación. Esa cotidiana lucha de clases que los desposeídos vamos perdiendo, estupefactos por el ansia desmedida de ganancia suicida de los poderosos, quiere llevarse también nuestra capacidad de proyecto igualitario en el acoso constante y la corrupción sin tregua. Libramos con tan poco pertrecho ideológico una lucha tan desigual, sufrimos una explotación tan omnipresente, que no sólo el despojo al que se nos somete sobrepasa el límite de nuestra muerte, sino que no deja casi ni aire ni espacio para nuestra vital aspiración a la utopía. La enorme multitud de desposeídos -nuevos parias del neolibealismo- cuya vivienda, empleo, estudios, salud y futuro se desvanecen en la precariedad, el temor y la incertidumbre, consideran ya un desvarío el retorno a un sistema de protección social anterior a la crisis, y un ejercicio imposible el de esos derechos de ciudadanía tan duramente conquistados, que los bonzos del capitalismo global nos niegan con ecuaciones cargadas de sinrazón, con argumentos triplemente falaces para justificar su despojo… Si por ellos fuera, incluso de los derechos humanos más elementales se perdería cualquier vestigio.....
 
 

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