viernes, 2 de marzo de 2012

Sobre ranas y delfines

Pascual Serrano
Mundo Obrero 
 
Existen dos historias sobre el comportamiento animal que pueden resultarnos muy sugerentes para aplicar al comportamiento humano en la situación política actual. Una de ellas es la parábola de la rana y el agua hirviendo, una historia, no sé cuánto de verdadera, que se utiliza en seminarios y cursos de autoestima. Relata que, si se echa una rana a una olla con agua hirviendo, ésta percibe la mortal temperatura, salta inmediatamente hacia afuera y consigue escapar de la olla sin quemarse. En cambio, si inicialmente en la olla ponemos agua a temperatura ambiente y echamos la rana, ésta se queda tan tranquila dentro del recipiente y, si comenzamos a calentar el agua poco a poco, la rana no reacciona bruscamente sino que se va acomodando a la nueva temperatura del agua hasta perder la conciencia y terminar muerta por el calor. Esta historia nos debería evocar la forma en que, desde el poder, logran que terminemos aceptando situaciones que deberían provocar nuestra sublevación mediante el método de ir poco a poco poniéndolas en práctica y de esta forma terminamos sufriéndolas gradualmente sin darnos cuenta de lo que nos están haciendo. Sin duda, las medidas económicas aprobadas en Europa contra los ciudadanos son un ejemplo claro. Basta recordar que hace unos años utilizábamos el término mileurista para referirnos al joven que se encontraba con un contrato de trabajo malamente remunerado y hoy cuántos quisieran encontrar una oferta así.....
 
 

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