viernes, 6 de enero de 2012

Déficit público y los recortes en servicios públicos

Pepe Martínez
Apuntes para la reflexión sanitaria
 
Si en la anterior entrada he cuestionado el miedo injustificado en las cuentas públicas de nuestro país, ahora trato de avanzar en las causas que pueden estar implicadas en esta “crisis de confianza”. En realidad los problemas son de otro tipo:
 
1. Por un lado, la deuda privada de familias y empresas, que en España llega ya al 294% de nuestro PIB (2010) pero que también es exagerada en países como Suecia (302% -externa de 340% y pública de 37,3%) o Bélgica (252%) por poner algunos ejemplos,  y que tiene un claro culpable en el comportamiento irresponsable y especulativo de la Banca[1] (a la que curiosamente debemos sanear entre todos). Esta tabla, obtenida del PBI[2] representa la deuda externa (pública y privada) en 2010 y pone en evidencia que el problema es principalmente la deuda privada (restar los datos de la deuda pública expuestos en la anterior entrada y obtendréis los de la privada)
 
 
Esta deuda privada tiene un hecho incuestionable, muchos pequeños empresarios y ciudadanos en general lo están pasando muy mal; han perdido sus negocios, su trabajo, sus casas, su calidad de vida y sus expectativas vitales han descendido al punto de una simple lucha  por la supervivencia, con deudas que no podrán nunca pagar o con las que no podrán nunca progresar. Y en estas circunstancias, los estados han de procurarles un colchón de ayuda porque vivimos en la Europa del estado del bienestar que, entre otras muchas cosas, quiere decir que, si te van mal las cosas, el estado al que pagas impuestos te va a garantizar unos mínimos. Así nos lo han asegurado y así nos lo hemos creído cuando pagamos impuestos. Pero, además, así ha ocurrido en los años de la crisis, todos los países de la UE-27 han aumentado su gasto público en estos años, la media de la UE-27 ha pasado del 45,6% del PIB (2007) al 50,9% en 2009; pero hay países en donde el incremento ha sido mayor, Noruega del 41,1 al 47,3, Finlandia del 47,2 al 55,6, Alemania del 43,6 al 48, Dinamarca del 50,8 al 58 o el Reino Unido del 44,0 al 51,5. Me gustaría saber con qué cara puede explicar el gobierno catalán al trabajador parado o al abuelo que se encuentra ahora soportando con su pensión a sus hijos, nueras, yernos y nietos que se han quedado sin nada y no han tenido más remedio que cobijarse en la casa de los abuelos, que, para resolver la crisis, han de pagar 1 € por cada receta que necesiten por su problema de salud (el que la legalidad le haya impedido adoptar esta medida, dice mucho de CIU)
 
 

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