domingo, 15 de enero de 2012

Mercados, partidos y democracia

Ximo Bosch
Público

Un rasgo distintivo de las crisis es que las fórmulas nuevas no acaban de surgir y las anteriores han dejado de funcionar. Como señala Joseph Stiglitz, después de esta Gran Recesión el mundo ya no volverá a ser el mismo. La presente crisis está provocando un intenso deterioro de las condiciones sociales de amplias capas de la población. Pero también se ha producido un correlativo enriquecimiento de pujantes sectores vinculados a la esfera financiera. Y un incremento de las desigualdades a escala global. Numerosas voces atribuyen la responsabilidad de esta situación a una voraz ofensiva de los mercados y de los especuladores financieros. Sin embargo, parece más probable que nos encontremos ante una profunda crisis de la democracia.
 
Resulta inherente a la economía de libre mercado que la iniciativa privada intente obtener siempre los máximos beneficios. Lo que ahora aparece como novedoso es que los sistemas democráticos permitan que los intereses particulares estén por encima del bien común y que puedan causar perjuicios a la mayoría de la sociedad. Ello ha resultado posible ante lo que Norberto Bobbio calificó como crisis de la mediación representativa. Los principales partidos han dejado progresivamente de centrarse en las aspiraciones colectivas para convertirse preferentemente en agencias de gestión de intereses de grupo. Y sus cúpulas dirigentes a menudo se han erigido en genuinos núcleos de poder privado, concebido como un fin en sí mismo y no como un instrumento para mejorar la sociedad. La concentración y verticalización del poder en los partidos se ha acompañado en numerosas ocasiones de una sensible opacidad y falta de transparencia en la toma de decisiones....
 


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