Marcos Roitman Rosenmann
Las luchas sociales reivindicando ciudadanía política mar- can la topografía del capitalismo. El ejercicio pleno de los derechos de huelga, sindical, asociación política y acceso a una educación de calidad, sanidad y vivienda dignas, han moldeado las estructuras de dominio y explotación del capitalismo desde sus orígenes.
La Jornada
Las luchas sociales reivindicando ciudadanía política mar- can la topografía del capitalismo. El ejercicio pleno de los derechos de huelga, sindical, asociación política y acceso a una educación de calidad, sanidad y vivienda dignas, han moldeado las estructuras de dominio y explotación del capitalismo desde sus orígenes.
Las libertades públicas, como son el derecho de asociación, reunión y
expresión no siempre han podido practicarse. En muchas ocasiones son
secuestradas y puestas en cuarentena bajo la escusa de servir a
intereses oscuros que promueven la desestabilización y el caos
sistémico. Cuando el capitalismo se ha sentido con fuerzas, no ha dudado
en suprimir o restringir los derechos políticos que dan acceso a la
participación de la sociedad. Siempre que ha podido deshacerse de ellos
lo ha hecho sin remilgos ni mala conciencia. No olvidemos que el
capitalismo pasa por ser la forma más elevada de explotación violenta de
todo cuanto existe en el planeta, empezando por el ser humano.
Por consiguiente, aquello que produce cortocircuito y altera sus
planes es combatido haciendo uso indiscriminado de la represión, y la
fuerza. Bajo el eufemismo de actuar en nombre de la razón de Estado y la
seguridad nacional, justifica la tortura y el asesinato político. A lo
dicho deben sumarse los mecanismos ideológicos de control social
utilizados en el proceso de socialización.....
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