Juan Laborda
Vozpópuli
Los grandes bancos sistémicos globales constituyen de
nuevo el principal riesgo para la economía mundial. A finales de 2012
la exposición en derivados de Deutsche Bank, el primero en el ranking, alcanzó los 55,6 billones de dólares –en términos europeos- y la de JP Morgan,
medalla de plata, los 69,5 billones de dólares. Para que nos hagamos
una idea de la magnitud del tamaño del riesgo asumido en los libros de
derivados de ambos bancos, el PIB alemán se situó al cierre de 2013
alrededor de los 3,7 billones de dólares. La magnitud que ha alcanzado
los libros de derivados de los bancos sistémicos, bajo la permisividad
de los Bancos Centrales, se han convertido en auténticas armas de destrucción masiva.
La mayor parte de estos derivados, tanto de JP Morgan como de Deutsche Bank,
tienen que ver con posiciones en divisas y tipos de interés. Se trata
de apuestas tremendamente peligrosas en el caso en que se produzcan
fuertes fluctuaciones en los valores de las divisas y en los tipos de
interés. Los países emergentes que no tienen control de capitales están
experimentando estos días en sus carnes los ataques especulativos por
parte de bancos cuyos países se encuentran en una situación económica
mucho más delicada. Hay que crear cortinas de humo para distraer la
atención.
La estructura de la inmensa mayoría de los grandes bancos sistémicos
es tremendamente inestable. Los lobbies bancarios compraron y pagaron
por eliminar todo tipo de regulación, desmantelando así casi todas las
salvaguardas que los podrían haber protegido si las cosas vienen mal
dadas. No nos engañemos, el tamaño del capital y reservas en relación
con el volumen subyacente en sus posiciones de derivados es irrisorio,
de manera que dichos bancos están en un riesgo estructural permanente de
colapso.....
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