En diciembre 2008, el discurso de Nicolás Sarkozy para la presentación en Douai, cerca de Lille, de su plan de reactivación económica incluía un párrafo muy lúcido sobre la actual crisis: «La crisis que atravesamos no es una crisis pasajera, no es una simple crisis coyuntural cuyas huellas estén llamadas a borrarse enseguida, esta crisis persiste y afirmo que es estructural porque va a transformar durante largo tiempo la economía, la sociedad y la política»
Pero de ese análisis, ni en Francia ni en España se han extraído las lógicas consecuencias políticas frente a una crisis que afecta a todo el sistema económico. Porque hasta ahora los gobiernos no han tocado el modelo bancario y financiero, que está en el origen de la crisis.
Por tanto, la crisis financiera, que es estructural, sistémica y global, se ha convertido en crisis económica diferenciada según los países; y amenaza con generar una crisis social y política también diferente según los países....
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