Eduardo Garzón
Saque de Esquina
“Hay que contentar a los mercados”. Eso nos decían cuando la prima de
riesgo estaba muy elevada, y eso nos siguen diciendo cuando la prima de
riesgo sólo está elevada. El Estado español necesita demostrarle a los
mercados que cumple sus compromisos y que tiene capacidad para devolver
todo el dinero que está tomando prestado, nos dicen. Para lograrlo, el
Estado debe presentar unas cuentas públicas saneadas, esto es, un
déficit fiscal reducido y una cantidad de deuda total aceptable. Por lo
tanto, y según este razonamiento, el objetivo del gobierno español debe
ser reducir sus gastos (no todos, y unos más que otros, curiosamente) y
debe aumentar sus ingresos (no todos, y unos más que otros,
curiosamente). Así nos encontramos con una situación en la que el
gobierno termina reduciendo las partidas presupuestarias de educación,
sanidad, prestaciones por desempleo, pensiones, etc. (dejando en un
segundo lugar las de Defensa, Iglesia, Corona, algunas
Administraciones…) y aumentando impuestos como el IVA, el de
hidrocarburos, el de las rentas del trabajo, el del tabaco, etc.
(dejando en un segundo lugar los de las rentas del capital, el impuesto
de patrimonio, el impuesto de sociedades…), con el objetivo final de
complacer a los mercados. Pero… ¿quiénes son los mercados?
Cuando hablamos de “los mercados” no estamos hablando de un ente
abstracto o indefinido; “los mercados” tienen nombre y apellidos. Con
este término se hace referencia a una serie de agentes económicos
(particulares, empresas y administraciones públicas) que han prestado
dinero al Estado español mediante la compra de títulos de deuda pública.
Vamos a ver quiénes son estos agentes económicos que poseen estos
títulos.
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