Juan-Ramón Capella
Mientras Tanto
La desastrosa situación de la economía española hace necesario un 
intento de clarificación de las opciones estratégicas que tenemos por 
delante.
El punto de partida es conocido: caída brutal de la actividad y paro 
masivo. Pero hay que traer al primer plano cuestiones básicas no 
resueltas de la producción de esta sociedad y no tanto las divagaciones 
sobre las medidas puntuales del gobierno, que por supuesto pueden ser 
tomadas en consideración en otro plano.
El primer dato básico, pavoroso, es la dependencia energética del 
exterior, del petróleo: una factura tremenda que en cualquier caso habrá
 que disminuir a toda costa. De un lado con cambios en los modos de vida
 —desde una coercitiva limitación del uso del automóvil privado hasta, 
más en general, cambios en los modelos de transporte—; de otro lado, con
 un impulso decidido a la produccion de electricidad a partir de 
energías renovables. Esta última cuestión está siendo degollada por un 
gobierno del PP obediente a los intereses de las grandes compañías 
eléctricas, en una política energética no sólo insensata sino 
retrógrada, burda.
El segundo dato básico es que la gran industria interior de este 
país, una vez hundida la construcción, que no se recuperará en muchos 
años, es casi exclusivamente la industria turística. Su ulterior 
expansion es difícil, por no hablar del problema de su fuerte 
estacionalidad.....
 

 
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