Alejandro Nadal
La Jornada
Existe un lugar en el
que se entrecruzan todas las crisis y se llama hambre. En ese espacio se
encuentran la crisis económica, la especulación financiera, la crisis
energética y el paradigma quebrado del neoliberalismo. Las instituciones
del poder buscan siempre esconder las raíces y la magnitud del
problema.
En Roma se lleva a cabo la reunión plenaria del Comité sobre
seguridad alimentaria de la FAO. Está dando a conocer su informe para
2013 sobre inseguridad alimentaria (SOFI, por sus siglas en inglés y
disponible en FAO). Para el estándar de
los informes de la FAO, el SOFI 2013 no es tan malo, pero cuando llega a
los problemas medulares, siempre prefiere endulzar el diagnóstico. Hoy un estudio riguroso e independiente le enmienda la plana.
La principal conclusión del estudio SOFI 2013 es que ha habido un
progreso generalizado en la lucha contra el hambre. Señala que entre
1990 y 2007 se puede apreciar una clara tendencia a la reducción del
hambre en el mundo y que a partir de la crisis esa tendencia se ha
mantenido, aunque a un ritmo más lento. La realidad es que los datos
sobre los avances en la lucha contra el hambre están concentrados en dos
países, China y Vietnam (el 91 por ciento de la reducción desde 1990
corresponde a estos dos países). El mismo informe revela que entre los
segmentos de la población más vulnerable el problema se ha agravado: en
los países menos desarrollados, hay un incremento de 59 millones de
personas afectadas por la subalimentación en los últimos 20 años.....
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