Alainet
Durante
siete décadas Estados Unidos fue el pilar del orden mundial. Aunque
republicanos y demócratas consiguieron zurcir un acuerdo de último
momento para evitar el default, parece necesario indagar en las causas
de fondo, donde destaca el concepto de “crisis sistémica”.
El 15 de febrero de 2006 se publicaba el segundo número del Boletín Global Europeo de Anticipación
(GEAB, por sus siglas en inglés), una nueva herramienta para el debate
político estratégico con una mirada diferente a la que venían exponiendo
los hegemónicos think tanks británicos y estadounidenses,
promovido por el Laboratorio Europeo de Anticipación Política (LEAP),
localizado tanto geográfica como geopolíticamente en Europa central.
En esa fecha, casi siete años atrás, el boletín titulaba su análisis: “El fin de Occidente como lo conocemos desde 1945”, y anunciaba “una crisis económica y financiera de una dimensión comparable a la de 1929”.
Destacaba siete aspectos de la crisis que se estaba gestando: la
pérdida de confianza en el dólar, la explosión de los desequilibrios
financieros estadounidenses, crisis del petróleo, pérdida de liderazgo
global de Estados Unidos, desconfianza del mundo árabe-musulmán,
ineficiencia de la gobernanza mundial y creciente incertidumbre en la
Unión Europea.
A
la vista de lo ocurrido en los últimos siete años, pueden sacarse dos
conclusiones iniciales: no estamos frente a una extraordinaria capacidad
de predicción sino ante la utilización rigurosa de herramientas
analíticas, entre las que destaca la capacidad de mirar en el largo
plazo las grandes tendencias, aquellas que no se visibilizan si nos
conformamos con pocos datos y del corto plazo. La segunda, es que en
momentos de confusión como los actuales, podemos fiarnos de ese tipo de
análisis que, aún sin creerlos infalibles, pueden orientar en momentos
de incertidumbre......
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