Daniel Fuentes Castro
El Diario.es
No es razonable que no se considere más alternativa que el 'recortismo'
del sector público y que el cheque extendido a nuestros bancos no tenga
contrapartidas.
A finales de mayo de 2010, en un giro de política
económica sin precedentes, se aprobó el primero de los recientes planes
de austeridad. Aquello no fue por casualidad. De acuerdo con datos del
Banco de España, nuestra deuda privada alcanzó un máximo del 212% del
PIB en junio de ese año (de los que 125 puntos corrían a cargo de las
empresas y 87 correspondían a las familias). Si a esto añadimos los 58
puntos que representaba la deuda pública, se tiene que la deuda total de
los llamados “sectores residentes no financieros” de la economía
española equivalía al 270% del PIB.
Desde entonces y
hasta junio de este año, la deuda privada de la economía española se ha
reducido en 26 puntos de PIB. Sin embargo, teniendo en cuenta el
incremento experimentado por la deuda pública en el mismo periodo,
resulta que la deuda total de empresas, familias y administraciones
públicas ronda hoy el 279% del PIB. Es decir, que, tras tres años de
esfuerzos ímprobos, esta deuda representa (en relación a nuestra
capacidad de generar riqueza) nueve puntos más que cuando se aprobó el
primer plan de austeridad. El coste de los intereses de la deuda pública
en el contexto financiero internacional ha puesto su granito de arena,
pues ha pasado de representar el 1,5% del PIB en el inicio de la crisis
al 3,5% actual, aproximadamente......
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