Revista Pueblos
Originalmente la prensa alternativa se definió como “contrainformación”, para destacar su carácter antagonista respecto a la información que fabrican los “medios convencionales” [1]. Suele entenderse que la “contrainformación” tiene su público en la “contrasociedad”, y por tanto que la prensa alternativa se dirige a los sectores sociales alternativos, que cuentan ya con capacidad crítica respecto a la prensa del sistema y que no están bajo su influencia. Pero si consideramos que la función fundamental de la prensa alternativa es disputarle la influencia social a los poderes mediáticos, abrir brechas en su capacidad para crear opinión, dotar a la ciudadanía de herramientas para descifrar los códigos que utilizan los medios convencionales para manipular los hechos, convencerla de que no sólo deben dudar de lo que les cuentan, sino además buscar al menos una “segunda opinión” alternativa… entonces hay que “desinformar”, es decir, romper la credibilidad de la “información” que difunden los medios convencionales, que en su conjunto cumplen una función esencial para la producción de lo que Juan Ramón Capella llama “los ciudadanos siervos”.
“Desinformémonos” pues. Pero también “ deseduquémonos”
“Educación para el desarrollo” es uno de los términos más confusos de la jerga de la cooperación internacional y convendría irlo descatalogando. Proviene de los tiempos en que los países del Sur eran caracterizados como “subdesarrollados” y el “desarrollo” consistía en aproximarlo a las condiciones y modo de vida de los países del Norte. Esta ideología sigue contaminando la mayoría de las actividades actuales de ONGD, aunque se añadan adjetivos levemente críticos tipo “desarrollo humano”, “sostenible”, etc.......
http://attacmurciavarios.blogspot.com/2011/07/deseduquemonos-comunicacion-alternativa.html
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