Editorial
La historia, infortunadamente, no es nueva y se repite con demasiada frecuencia. África, el continente más pobre del mundo, tiene bajos niveles de desarrollo y deficientes condiciones de salubridad que lo convierten en un terreno abonado para que este tipo de situaciones, magnificadas por los fenómenos naturales, se ceben contra sus habitantes, ocasionando un alto número de muertos que se suman a los de sus incontables conflictos políticos, religiosos y étnicos.
La cronología de su recurrencia así lo demuestran: en 1967 la guerra y el hambre causaron en Biafra un millón y medio de víctimas. Un año después, el turno fue para los países que conforman el llamado “cinturón del hambre”, con cerca de un cuarto de millón de fallecidos. De ahí en adelante la lista se hace extensa, afectando en especial a Senegal, Malí, Mauritania, Guinea, Burkina Faso, Argelia, Níger, Nigeria, Chad, Camerún, Yibuti, Eritrea y Sudán, y tres de estos países están hoy en el ojo del huracán. Una funcionaria de Unicef, Mia Cox, escandalizada ante la impavidez de la comunidad internacional, alertó sobre lo que denomina como el “hambre, un tsunami silencioso”. Tiene toda la razón......
http://attacmurciainter.blogspot.com/2011/07/el-hambre-en-africa-importa-un-cuerno.html
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