El País
El Fondo de Restructuración inyectará 2.800 millones de capital y 3.000 millones de liquidez para evitar problemas ante una posible fuga de depósitos
La Caja Mediterráneo (CAM) firmó su sentencia de muerte cuando no logró mantenerse en la fusión capitaneada por Cajastur. En marzo, por culpa propia o ajena, la CAM rompió aquel acuerdo y quedó como un barco a la deriva, sin rumbo ni patrón. Ayer, cuatro meses después, la Comisión Ejecutiva del Banco de España hizo pública la nacionalización de la entidad y la destitución de todos sus gestores. Según los primeros cálculos, el Estado se quedará con al menos el 80% del capital tras inyectar los 2.800 millones.
La mala gestión de la entidad, demostrada en su enorme apetito por el ladrillo, incluso cuando la crisis ya había comenzado, así como la fuerte injerencia política del PP, que provocó la entrada en ruinosos proyectos faraónicos, han acabado con la que fuera la cuarta mayor caja de España. Ayer se enterraron 136 años de historia de una entidad con 3,3 millones de clientes......
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