Nueva Tribuna
Recordar que el desempleo constituye el
principal motivo de preocupación para la sociedad española resulta una
obviedad. Pasar a formar parte del creciente ejército de los que Kevin
Bales calificó como trabajadores desechables constituye un
drama humano que quiebra un elevado número de trayectorias personales.
El riesgo de enfrentarse a esa situación es bastante diferente según
características personales ligadas a la edad, el nivel formativo, el
género, la profesión o el sector de actividad en que se trabaja. Pero
también en función del lugar en que se reside, pues el impacto de la
crisis sobre el desempleo resulta muy heterogéneo según territorios y
eso se constata a muy diversas escalas.
Son bien conocidas las diferencias actuales entre los países de la Unión Europea, con tasas de paro que al finalizar 2012 superan ya el 26% en España y Grecia, frente a niveles inferiores a la cuarta parte de esa cifra en Austria, Alemania, Países Bajos o Luxemburgo. La distancia también resulta notable si se compara la situación de las Comunidades Autónomas españolas. Pero un aspecto apenas considerado hasta ahora es que ese diverso impacto de la crisis resulta aún mayor cuando se desciende en el análisis hasta las áreas urbanas, en donde viven hoy cuatro de cada cinco residentes en España y una proporción similar de los parados contabilizados en las oficinas públicas de empleo. Analizar la evolución del paro registrado, que es la única información disponible a escala local, resulta revelador de la muy diversa capacidad de resistencia que han mostrado nuestras ciudades ante la lacra del desempleo (1), pero sirve también para identificar algunas claves de la crisis y, de paso, cuestionar ideas difundidas por el pensamiento dominante a través de los múltiples canales académicos y mediáticos a su disposición......
Son bien conocidas las diferencias actuales entre los países de la Unión Europea, con tasas de paro que al finalizar 2012 superan ya el 26% en España y Grecia, frente a niveles inferiores a la cuarta parte de esa cifra en Austria, Alemania, Países Bajos o Luxemburgo. La distancia también resulta notable si se compara la situación de las Comunidades Autónomas españolas. Pero un aspecto apenas considerado hasta ahora es que ese diverso impacto de la crisis resulta aún mayor cuando se desciende en el análisis hasta las áreas urbanas, en donde viven hoy cuatro de cada cinco residentes en España y una proporción similar de los parados contabilizados en las oficinas públicas de empleo. Analizar la evolución del paro registrado, que es la única información disponible a escala local, resulta revelador de la muy diversa capacidad de resistencia que han mostrado nuestras ciudades ante la lacra del desempleo (1), pero sirve también para identificar algunas claves de la crisis y, de paso, cuestionar ideas difundidas por el pensamiento dominante a través de los múltiples canales académicos y mediáticos a su disposición......
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