Eduardo Garzón
Saque de Esquina
Hay muchas personas que se sorprenden cuando observan el cálculo que realicé
y que venía a mostrar la colosal cantidad de dinero que pagan Estados
como el español solamente en conceptos de intereses de deuda pública. La
sorpresa es, en cierto modo, comprensible, porque cuesta mucho creer
que el Estado esté pagando esas cantidades astronómicas por tener que
financiarse. Para arrojar más luz sobre el asunto y demostrar que en
absoluto se está exagerando, en este post plantearé el problema de los
intereses de deuda pública española desde una perspectiva más sencilla.
Cuando un Estado tiene más gastos que ingresos, necesita cubrir la diferencia (déficit)
de algún modo. Hasta mediados de la década de los 70, todos los Estados
occidentales solventaban este problema principalmente a través de la
creación de dinero oficial. Es decir, el dinero que necesitaban para
cubrir el déficit era emitido directamente por el banco central y
prestado al Estado (a este proceso se le denomina monetización de la deuda).
En el caso de España, el gobierno le pedía al Banco de España que
imprimiera dinero nuevo y se lo prestara, y lo hacía con tipos de
interés muy reducidos o nulos (de forma que salía barato financiarse).
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