Immanuel Wallerstein
La Jornada
Desde que existe una
economía-mundo capitalista, un mecanismo esencial de su funcionamiento
exitoso ha sido la fábrica deslocalizada. Tras un periodo significativo
de acumulación de capital por las llamadas industrias líderes (por lo
común 25 años), el nivel de ganancias termina bajando, debido a que el
cuasi monopolio de la industria líder se debilitó y a que aumentaron los
costos de la mano de obra a consecuencia de acciones sindicales de
algún tipo.
Cuando esto ocurría, la solución era que la fábrica se
deslocalizara. Esto significa que el sitio de la producción se transfería a otra parte del sistema-mundo que tuviera
niveles de salario históricamente más bajos. En efecto, los capitalistas que controlaban las industrias líderes intercambiaban costos de transacción mayores por los menores costos de la mano de obra. Esto mantenía un ingreso significativo para ellos, pese a ser menor que en el periodo previo, cuando todavía mantenían el cuasi monopolio.
Los costos de la mano de obra eran menores en la nueva locación,
porque la fábrica deslocalizada reclutaba mano de obra de las áreas
rurales que antes estuvieron menos involucradas en la economía de
mercado. Para estos trabajadores rurales la oportunidad de trabajar en
estas fábricas deslocalizadas representaba un aumento en su ingreso
real, mientras los dueños de la fábrica deslocalizada le pagaban a estos
trabajadores menos que a aquellos que habían trabajado en la locación
previa. Esto es lo que se conoce como una solución donde
ambas partes ganan.....
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