Immanuel Wallerstein
La Jornada
El Foro Social Mundial 
(FSM) terminó apenas su reunión ahora bianual, que esta vez se llevó a 
cabo en Túnez. En gran medida, la prensa dominante mundial la ignoró. 
Asistieron muchos escépticos que expresaron que se ya se volvió 
irrelevante, algo que ha ocurrido en cada una de las reuniones desde el 
segundo Foro Social Mundial en 2002. Estuvo desgarrado por los debates 
acerca de la estructura misma del FSM. Y le dieron contenido los debates
 acerca de la correcta estrategia política de la izquierda mundial. Y 
pese a esto, fue un enorme éxito.
Una forma de medir su éxito es recordar lo que ocurrió el último día 
del previo FSM en Dakar, en 2011. Ese día, Hosni Mubarak fue forzado a 
abandonar la presidencia de Egipto. Todos en el FSM aplaudieron. Pero 
muchos dijeron que este mero acto prueba la irrelevancia del WSF. ¿Acaso
 cualquiera de los revolucionarios en Túnez o Egipto se inspira en el 
FSM? ¿Han escuchado siquiera del FSM?
No obstante, dos años después, el FSM se reunió en Túnez, invitado 
por los mismos grupos que lanzaron la revolución en ese país, y que 
parecen haber pensado que celebrar el FSM ahí sería de gran ayuda en la 
lucha interna para mantener los logros de la revolución contra las 
fuerzas que, según ellos, buscaban domesticar la revolución para llevar 
al poder a una nueva gobernanza opresiva, antisecular....
 

 
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