Alejandro Nadal
La Jornada
Hace cinco años reventó
la burbuja de las hipotecas chatarra en Estados Unidos, arrastrando al
sector financiero de ese país a una profunda crisis. En vista de que los
títulos relacionados con esas hipotecas estaban diseminados por todo el
sistema, el crédito interbancario se congeló y se paralizó el sistema
bancario.
Debido a las interdependencias financieras las malas noticias no
tardaron en llegar a Europa: los vientos de recesión contrajeron los
ingresos fiscales, al mismo tiempo que se inyectaban recursos para
estimular la demanda y se rescataba a los bancos con problemas. De ahí
el aumento espectacular en los déficit de varias economías europeas y el
surgimiento de la crisis de deuda soberana.
Pero la crisis global no es única y exclusivamente una crisis financiera. Tampoco es una crisis causada por simples
Pero la crisis global no es única y exclusivamente una crisis financiera. Tampoco es una crisis causada por simples
fallas de mercado. Es una catástrofe de dimensiones macroeconómicas y no es posible pensar en su largo tiempo de gestación sin considerar las fuerzas macroeconómicas que la provocaron....
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