domingo, 30 de septiembre de 2012

La muerte de la democracia y el vendaval ecológico

Victor M. Toledo
La Jornada
 
Hoy, a las múltiples crisis del mundo industrial se agrega otra. Se trata del acta de defunción, empíricamente sustentada, de uno de los pilares de la civilización occidental, pieza clave para la toma de decisiones colectivas en sociedades complejas y baluarte del mundo moderno: la democracia. Hoy, sólo los ilusos o los cínicos pueden seguir creyendo que la institución surgida en la Grecia antigua cumple con los mínimos requisitos de calidad y eficacia que requieren para subsistir las complejas sociedades contemporáneas. En la era del capital corporativo, de los máximos monopolios registrados en la historia, y del uno por ciento dominando al resto, la democracia no sólo ya no funciona como instrumento de toma de decisiones, sino que se ha convertido en el medio que justifica y legitima el contubernio entre los poderes económicos y políticos del mundo. Ello permite y facilita la explotación impía de los ciudadanos del planeta. Los ejemplos recientes de Rusia, Grecia, España, Islandia y México han terminado de revelar el verdadero rostro de una institución que se ha vuelto ineficaz e ilegítima y que es necesario transformar con urgencia.
 
El contrato social establecido entre hombres supuestamente libres e iguales con el propósito de maximizar la libertad, el bienestar y la justicia ha quedado hecho añicos. Los que llaman a reinventar la democracia se quedan cortos ante la evidencia, donde el capital financiero y las gigantescas corporaciones imponen sus mandatos depredadores sobre partidos y gobiernos, no importa su ideología, utilizando la vía electoral para legitimarlos. La violencia que hoy ejercen los poderes sobre los seres humanos y la naturaleza, principal rasgo de la sociedad de riesgo global, halla su justificación en la llamada democracia representativa, la cual usa las tecnologías de la comunicación como instrumentos de control.....

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