lunes, 17 de septiembre de 2012

Nuestra casa común, la Tierra, está en peligro

Marcelo Collusi
Rebelión
  
" No entiendo por qué nos matan a nosotros y destruyen nuestros bosques sacando petróleo para alimentar carros y más carros en una ciudad ya atestada de carros como Nueva York". 
Dirigente indígena ecuatoriano

La "Flor de las Indias", como las llamara Marco Polo cuando las conoció, es decir: las mil doscientas pequeñas islas e islotes de coral desperdigadas por el Océano Indico más conocidas como Islas Maldivas, con sus 225.000 habitantes (hoy día paraíso turístico… para quienes pueden pagar el viaje), están condenadas a desaparecer bajo las aguas oceánicas en un lapso no mayor de 50 años si continúa el calentamiento global de nuestro planeta -fundamentalmente debido a la sobreemisión de gases de efecto invernadero, en especial de dióxido de carbono (CO2)- y el consecuente derretimiento de casquetes polares y glaciares con el subsiguiente aumento de la masa líquida de la superficie terrestre. Lo curioso -¿tragicómico?, ¿incomprensible?- es que los habitantes de esta región geográfica no han vertido prácticamente ni un gramo de este agente contaminante.
 
La globalización -término hoy "demasiado" de moda; en todo caso, eufemismo por decir "triunfo del capitalismo sobre las primeras experiencias socialistas"- es un proceso no sólo económico. Es más: si queremos extremar el concepto, donde más podemos verla, sufrirla incluso, es en la perspectiva ecológica que viene trayendo el nuevo modelo de producción industrial surgido hace doscientos años, hoy triunfador absoluto en todo el mundo. La globalización, en términos estrictos, es ante todo la mundialización de los problemas medioambientales, de los que nadie, en ningún punto del globo, puede sustraerse (tal como nos lo ilustra el ejemplo de apertura).
 
Por tanto, la solución a esa degradación de nuestra casa común -el planeta Tierra- que desde hace algunos años se viene dando con una velocidad vertiginosa, es más que un problema técnico: es político, y no hay ser humano sobre la faz del planeta que no tenga que ver con él. Así como nadie escapa a la publicidad comercial que inunda el globo, así, mucho más aún, nadie escapa al efecto invernadero negativo, a la lluvia ácida, a la desertificación y a la falta de agua potable; en ningún área del quehacer humano puede verse más claramente la globalización que en el campo de la ecología.....
 

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