Iñigo Bándres y Fernando Sabín
Diagonal 
Desde que estalló la crisis se han publicado numerosos informes y estudios en
 los que se muestra que las empresas cooperativas y otras fórmulas de la
 economía social y solidaria están soportando la crisis mejor que otras 
formulas empresariales capitalistas. Las estadísticasdemuestran que 
éstas destruyen menos empleo y que se crean en mayor número en tiempos 
de crisis que en tiempos de bonanza. Estos datos nos invitan 
a visibilizar y poner en valor una realidad económica, que aunque no 
está exenta de numerosas contradicciones, se propone como referencia 
obligada cuando pensamos en cómo podemos abordar el futuro para impulsar
 transformaciones profundas en el sistema económico que, al igual que en
 el plano político, sean una oportunidad para  democratizar la economía y
 ponerla al servicio de las necesidades reales del 99% de la 
ciudadanía. 
Cuando analizamos las causas que se encuentran detrás de este 
fenómeno, los principios y valores que orientan a las empresas 
cooperativas aparecen como elementos clave para entender el 
comportamiento de éstas en contextos de crisis como el actual. En este 
sentido, factores internos asociados a la gestión democrática, la 
propiedad de la empresa por parte de las personas trabajadoras, o la 
flexibilidad para adecuarse a las especificidades de clientes y sectores
 productivos aparecen como algunos de los factores diferenciales que 
ayudan a explicar este fenómeno. Al conjunto de estos factores 
combinados, lo hemos denominado factor C.
 

 
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