CADTM
El
tema de la deuda externa hoy trasciende los marcos del mundo
subdesarrollado, por lo que resulta indispensable abordar la estructura
de la deuda global actual.
La crisis económica global ha
desatado la espiral en los volúmenes de deuda pública global, tanto en
términos absolutos como relativos, en relación al PIB. Los niveles de
deuda pública neta agregada |1|
en el mundo se han incrementado de 23 millones de millones de dólares
en 2007 a más de 34 millones de millones de dólares en 2010. Las
previsiones de FMI indican que esta deuda puede alcanzar los 48 millones
de millones de dólares en 2015. Asimismo, la proporción de la deuda
pública global con relación al PIB se incrementó de 44% en 2007 a 59% en
2010, y se espera que llegue al 65% en 2015. (IMF, 2010)
Estos niveles de la deuda crecientes resultan altamente riesgosos para la estabilidad fiscal y macroeconómica y también implican una transferencia de los costos y riesgos del endeudamiento a través de varias generaciones. En las propias estadísticas del FMI se revela que los países desarrollados son responsables, en mayor medida que el resto de los países del planeta, por este peligroso incremento de deuda pública global, con lo cual están comprometiendo su futuro y el del resto de los países que se encuentran vinculados a sus economías a través de las incontables interrelaciones económicas y financieras que la globalización ha creado.
Los impactos negativos de este fenómeno ya afectan a las sociedades, no sólo en el Tercer Mundo, sino también en los países desarrollados. El descontento y la frustración se constatan en las múltiples manifestaciones de protesta que se observan en las principales economías del sistema capitalista. La respuesta dada por las autoridades nacionales a la crisis, empleando las recurridas recetas del FMI, sólo ha agudizado las de por sí ya depauperadas condiciones de vida de millones de personas a lo largo del planeta.....
Estos niveles de la deuda crecientes resultan altamente riesgosos para la estabilidad fiscal y macroeconómica y también implican una transferencia de los costos y riesgos del endeudamiento a través de varias generaciones. En las propias estadísticas del FMI se revela que los países desarrollados son responsables, en mayor medida que el resto de los países del planeta, por este peligroso incremento de deuda pública global, con lo cual están comprometiendo su futuro y el del resto de los países que se encuentran vinculados a sus economías a través de las incontables interrelaciones económicas y financieras que la globalización ha creado.
Los impactos negativos de este fenómeno ya afectan a las sociedades, no sólo en el Tercer Mundo, sino también en los países desarrollados. El descontento y la frustración se constatan en las múltiples manifestaciones de protesta que se observan en las principales economías del sistema capitalista. La respuesta dada por las autoridades nacionales a la crisis, empleando las recurridas recetas del FMI, sólo ha agudizado las de por sí ya depauperadas condiciones de vida de millones de personas a lo largo del planeta.....
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