sábado, 9 de noviembre de 2013

El desorden económico mundial surge del miedo


María Ibáñez y Jesús Jiménez
RT

En el mundo hay 'países en desarrollo', es decir pobres. 'Países emergentes', es decir, que están saliendo de la pobreza y se están convirtiendo en 'países desarrollados'. Y los propios 'países desarrollados', en los que actualmente los niveles de pobreza van en aumento y las diferencias entre ricos y pobres son cada vez mayores. Evidentemente, aquí algo falla.   

Asistimos a la economía global, la desregularización de los mercados, la privatización de empresas y bienes públicos, la especulación financiera, el endeudamiento de los Gobiernos, etc. Los sistemas económicos mundiales actuales no resuelven la pobreza, por el contrario, favorecen el enriquecimiento de unos pocos y la usura de las entidades financieras. Si el objeto de la economía es, o debería ser, aportar criterios para que la distribución de los recursos sea lo más eficiente posible, siguiendo principios de equidad, como rezan la mayoría de las teorías económicas, no parece que se esté haciendo nada bien. 

Una vez más, esta situación es el resultado del estado psicológico y evolutivo del ser humano. Más allá de los modelos y teorías económicas, el objetivo de la raza humana no debería ser sobrevivir, o enriquecerse, sino aprender, desarrollarse, evolucionar y autorrealizarse. La economía deberá ser un instrumento que favorezca este objetivo, satisfaciendo las necesidades básicas y aportando los recursos necesarios para este fin colectivo. En el momento actual, el aprendizaje de la humanidad debe ir hacia entender precisamente esto, cómo pasar de un sistema en que sobrevivir es el objetivo principal, a otro donde la supervivencia esté garantizada y podamos disfrutar viviendo y aprendiendo.....
 


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