sábado, 9 de noviembre de 2013

Las pensiones no se tocan

Ivan Gordillo
Taifa (vía Rebelión)

Es sorprendente el marginal debate y las pocas movilizaciones surgidas alrededor de la reforma de las pensiones que el gobierno quiere aprobar antes de fin de año. La gravedad de la reforma se puede constatar en los presupuestos públicos de 2014 presentados las últimas semanas. "Las pensiones aumentan un 0,25%" titulaban falazmente los medios de comunicación convencionales. Si la inflación es superior al 0,25%, y raramente no lo es, las pensiones no suben sino que bajan. Lo cierto es que las pensionistas cobraran cada vez menos. El gobierno reducirá las pensiones tanto futuras como actuales, algo insólito hasta el momento. Las consecuencias pueden ser dramáticas dado que las prestaciones son actualmente muy limitadas y miles de familias con todos sus miembros parados sobreviven gracias a la pensión de los padres, madres, abuelos y abuelas. En cambio, esta reforma podría ser una oportunidad para movilizar un amplio sector de la población en la defensa de un derecho que hasta ahora creíamos un pilar intocable del estado de bienestar. El Seminari d'economia crítica Taifa ha publicado recientemente un breve informe con el que desenmascara los argumentos y denuncia las consecuencias de esta reforma. Me limito a recojer los ejes del debate y los argumentos que han de servir para concienciar una población golpeada por la crisis y los programas de ajuste.

Las pensiones no tienen relación directa con la crisis económica. Los poderes políticos y económicos planteaban esta cuestión mucho antes del estallido de la crisis. El sistema de pensiones público es uno de los objetivos a derrocar de la agenda neoliberal desde hace décadas. La estrategia de deterioro de las pensiones públicas empieza con la reducción de las prestaciones. El argumento central que utilizan los "comités de sabios", siempre formados por representantes de la banca y las aseguradoras, es que el sistema de pensiones es insostenible. Las causas que presentan son que la esperanza de vida aumenta progresivamente al mismo tiempo que hay menos cotizantes a causa de la caída de la población activa. A partir de esta idea extienden la alarma social pregonando que a largo plazo no habrá dinero para pagar las pensiones públicas......

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