Crecer es un concepto que se incorpora a nuestra vida desde muy temprano y casi siempre lo hace teñido de un tono esencialmente estimulante, alentador.
Con frecuencia desarrollo es usado en el habla cotidiana como 
sinónimo de crecimiento. También aquel está más vinculado a lo bueno que
 a lo malo. Aunque se dice, por ejemplo, que un individuo “desarrolló un
 cáncer”, en el uso más frecuente se suele emplear para destacar un 
avance, algo que mejora mientras crece.
La historia humana de Occidente puede ser vista como una historia del
 desarrollo de lo que el marxismo denominó “fuerzas productivas”.  De 
hecho, el comienzo de ese enfoque de la historia, la historia social 
como disciplina, se produjo cuando el capitalismo se expandió 
decisivamente, en la segunda mitad del siglo XIX.
El dominio y estímulo de esas “fuerzas productivas” pasaron a 
constituir el núcleo alrededor del cual se estructuraron los países, con
 relativa independencia de sus formas de organización social,  de sus 
estructuras de clases, de sus vínculos de dependencia o dominación con 
respecto a otros, de los fines ideológicos y políticos declarados por 
sus dirigentes de cada momento.....
 

 
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